A través de los tiempos, por medio de muchas cosas y situaciones hemos querido dar una explicación lógica, adecuada y lo más acertada posible a lo que significa el concepto del AMOR. Éste es un algo, tan grande, tan complejo, tan difícil que definitivamente las palabras no son suficientes para narrar todas sus implicaciones. Lo único que sabemos es que lo sentimos, lo gozamos o lo sufrimos, al final cada quien lo vemos de distinta manera dependiendo de "cómo nos fue en la feria".
En lo personal pienso que el amor es algo que encierra una palabra mágica: diversión. Hablando concretamente del amor entre dos seres, un noviazgo o un matrimonio, debe haber diversión, me refiero a que ambos deben pasársela súper bien primero consigo mismos para que después esa buena vibra la transmitan a sus parejas y de esta manera hacerle frente juntos a todo, lo bueno y lo malo, los éxitos y los fracasos, los avances y las frustraciones. Y jamás darse por vencidos. Y si alguien se atreviera a entrometerse en una relación, no lo lograría puesto que los protagonistas de ese amor disfrutan tanto de su sentimiento que hasta físicamente se nota, en las expresiones, en la ropa, en el cuidado corporal, todo para gustarle a la pareja; pero también en las actitudes, siempre sonriente, siempre inventando actividades nuevas, diferentes o las mismas pero con otro sentido para que la monotonía nunca llegue. Es decir, divertirse como el primer día de novios.
Sin embargo no todo es miel sobre hojuelas, qué más quisieramos que la humanidad viviera esto. ¿Qué harías si la primera palabra que escucharas en el día fuera DIVORCIO? o ¿SEPARACIÓN? Así, sin decir agua va, ni te la esperabas ni te la imaginabas.
Así inicia la película LOCO Y ESTÚPIDO AMOR. Con una cena, en un restaurante lindo, romántico, seductor. Todo pinta para que la pareja protagónica de la escena se pasen una velada estupenda. Ordenan. Él inicia la conversación con cualquier palabra. Ella lo interrumpe arrojando la siguiente frase como balas apresuradas por entrar al corazón y tirar a matar: QUIERO EL DIVORCIO. Él queda en shock. Al igual que la audiencia que estamos presenciando el primer minuto de la cinta. ¿Pero cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo?
Las razones nos la da ella, Emily (Julianne Moore - Los Niños están bien) en la siguiente escena: se acostó con David Lindhagen (Kevin Bacon - X Men Primera Generación), compañero de la oficina, y no es justo para ambos sostener esta situación. Reacción de él, Cal (Steve Carell - Super Agente 86), saltar del auto en plena marcha. Y así inicia una serie de situaciones unas chuscas, otras románticas, unas más seductoras, otras para reflexionar, todas encaminadas a ejemplificarnos todo lo que somos capaces de hacer y decir, cosas estúpidas, locas, ilógicas, pero todo por amor.
Como el momento en que decide Cal cambiar su forma de ser gracias a su amigo cazanova Jacob (Ryan Goslin - Triste San Valentín), superficial, sexual, conquistador, guapo, seductor, todo un don Juan. A partir de aquí Cal ya no es será nunca el mismo, será un hombre de verdad, aquél que no se deja vencer, aquél que buscará la manera de verse de otra manera para que Emily lo vea de manera distinta y reconquistarla. ¿Su lugar de entrenamiento y ensayo para dicha meta? El bar de moda llena de chicas, las más hermosas que puede encontrar. Cal se mete en cada lío que provoca hilaridad en el público, con consecuencias inimaginables pero que le da golpes a su corazón y a nosotros como expectadores.
El amor es ese algo loco y estúpido porque nos provoca sentir cosas que no están en nuestra capacidad de entendimiento pero nos impulsa a realizarlas. Como el hijo de Cal, Robbie (Jonah Bobo - Zathura) niño de 13 años que está tan enamorado de su niñera que es capaz de hacer el ridículo enfrente de toda la secundaria, o hasta de hostigarla.
El amor es tan impredecible que nos hace cambiar de opinión y sentimientos. Como Emily que pese a todo no puede desprenderse de los lindos recuerdos con su esposo, pese a que ella fue quien tomó la inciativa de todo.
Esta cinta es una comedia romántica con ciertos clichés, pero el valor que tiene es que dentro de la historia se auto critica, los directores Glenn Ficarra y John Requa lo saben muy bien y lo usan a propósito, puesto que no es una historia pretensiosa o tonta que quiera dejarnos una moraleja profunda de la vida. Simplemente su pretensión es darnos otra cara del amor en medio de situaciones de risa y romance en una extraña mezcla. No es una cinta tonta, es muy inteligente, y el desenlace lo demuestra. Steve Carell está bien en su papel de esposo perdedor, demuestra su madera cómica dejando muy atrás la comicidad gringa que sólo ellos entienden. Julianne y Ryan (nominados al Oscar) son dos actores que nunca los hemos visto en personajes cómicos de pastelazos y flatulencias y más vale que nunca lo hagan, por ello también el valor de esta cinta y la decisión de entrarle a este proyecto, la presencia de ambos pesa y muy bien cada quien en sus papeles.
Ahora a tí te dejo una pregunta ¿De qué eres capaz por luchar por tu alma gemela o de mantener el amor entre ambos? Si tienes una derrota ¿te dejarías vencer como aquél que se arroja de un auto en señal de derrota o por lo menos darías pelea empezando por reconocer los errores propios?
No lo había visto así, el amor sí es loco y estúpido, no lo digo de manera peyorativa, al contrario, son dos cualidades de ese sentimiento que nos hace seguir creyendo en él.
LOCO Y ESTÚPIDO AMOR
(CRAZY, STUPID, LOVE)
Dir. Glenn Ficarra y John Requa
Guión: Dan Fogelman
Con: Steve Carell, Julianne Moore, Ryan Goslin, Ema Stone, Marisa Tomei, Kevin Bacon
Produce: Warner Bross. Carousel Productions
E.U.A.
2011
118 min.
Excelente pelicula, una buena comedia que hace reir, y reflexionar, magnificas actuaciones.
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