¿Era
necesaria hacer una cuarta parte de Toy Story, cuando había cerrado de manera
espectacular con la despedida de los juguetes ante la partida de Andy hacia la
universidad? A mi manera de ver no era necesario, pero sí era necesario. Me
explico:
Por Abel Olivares R
Facebook: Al Cine Con Dolly Freim
Twitter: @abel_oratap
En sí,
Toy Story 4 del director Josh Cooley, quien después de ser guionista de
películas como Intensamente (2015) ahora se estrena como director con esta
cuarta entrega de la saga de los juguetes vivientes; es grandiosa en todos los
sentidos: en la animación, Pixar se ha sabido super a sí mismo con Toy Story
concretamente, la textura de la vegetación, el brillo de la porcelana de Bo
Peep y sus ovejas, los hilos de la tela de Woody, el cabello por cabello de
Bonnie; también tenemos la incursión de nuevos personajes que como siempre
todos son entrañables, bien definidos con su propia personalidad muy particular,
si en las otras tres tuvimos a los marcianos de pizza planeta, a Jessie, Tiro
Al Blanco, Barbie, Ken y Bonnie, aquí tenemos a Forky, Duke Caboom, Ducky,
Bunny y el regreso de Bo Beep; por todo esto más la música, la edición, entre
otros elementos hace de Toy Story 4 una gran película de la misma calidad que sus
predecesoras.
Pero sin
una historia bien escrita no hay una buena película. Y aquí mi consideración de
por qué sí era necesaria esta cuarta entrega: Woody es un juguete que posee
unos valores morales y emocionales muy arraigados, unas convicciones que no
está dispuesto a romper ni traicionar, todo porque su entrega a su persona o
dueño es absoluta, lo mismo que nos pasa cuando amamos a alguien, tu pareja,
tus hijos, tus amigos, tu papá, mamá o hermanos, nos entregamos tanto que nos
olvidamos de nosotros mismos, pero aún mejor, esa entrega no es condicionada,
nos nace de lo profundo del alma y lo hacemos con todo el gusto del mundo, lo mismo
que le vimos hacer a Woody hacia Andy hasta que el vaquero entendió que esa relación
no podía durar para siempre porque todo cambia y las personas también porque
maduran. Sin embargo ¿qué pasa cuando a raíz de esa ruptura te das cuenta de
que estás perdido porque te abandonaste?
A través
del día a día buscamos adaptarnos a otros círculos sociales, a otros amigos, a otros
familiares, a otros vecinos, pero cuando no encajamos en ningún lado por más
que nos esforcemos tratando de complacer a los demás y ni así “nos pelan” es
hora de preguntarse ¿los demás están mal o soy yo el de la falla? A lo que yo
opino que no es que nosotros fallemos o que estemos mal, sino más bien es que
no debemos aferrarnos a la zona de confort, a lo mismo, el mismo tipo de gente,
la misma rutina, más bien es hora de mirar distinto, de hacer otro tipo de
cosas, de avanzar, de madurar, y mientras que no aceptes que debes crecer, no
cerrarás ciclos y por tanto estarás en descontento contigo mismo y con la vida.
Woody
dejó ir a Andy, pero en realidad ahí no cerró su ciclo, porque sigue con la
idea de que su función en la vida es divertir, acompañar, o serle fiel al niño
o niña en turno, pero lo que no vislumbró el vaquero es que ¿qué tal que ese
niño no se identifica con él, lo deja relegado, lo excluye? Al principio, muy
bonito y todo pero Woody no es el “hit” de Bonnie, aunque seamos sinceros,
tampoco la niña es el “hit” de Woody, hecho que éste no quiere aceptar; no son
tal para cual, no hay química, no hay interacción ni interés, entonces para qué
aferrarte con alguien que ya no te quiere, es por el miedo, y nuestro vaquero
lo refleja, tiene miedo de avanzar, de madurar, de aceptar que su tiempo como
juguete ya se acabó, pero si no será un juguete, si ya no divertirá a nadie ¿qué
sigue? Nuestro protagonista le tiene miedo a asumir un nuevo rol en la vida, es
por lo que no avanza.
Lo que
hicieron con Toy Story es lo equivalente a un libro que consta de tres
capítulos y un epílogo, como tal, cuando llegas al final, es decir el capítulo
3 o la tercera de la saga, quedas satisfecho y si gustas no lees el epílogo y
no pasa nada; pero si se fijan, en realidad Woody aún no cerraba su ciclo y por
ello es que era necesario un último respiro para ahora sí concluir hasta con
candado la historia, pero sobre todo con el gran héroe, porque hasta los más
grandes tienen grandes debilidades; entonces sí era necesaria una cuarta parte,
pero si lo vemos desde este punto de vista: la saga SÍ acabo en la tres, ahí
cerró digamos la fase “no fallarle a Andy” pero ¿y Woody, es feliz SIN Andy,
pero más importante es feliz consigo mismo después de Andy? Para eso sirve una cuarta parte, para
responder a esta interrogante.
De esto
se trata la película esencialmente, pero hay otros temas cuyos hilos conductores
lo llevan otros juguetes, como el aprender a escuchar a tu voz interior; el atreverte
a hacer algo que deseas por más difícil o riesgoso que parezca; el hacerle daño
a los demás con tal de complacer a los otros, la libertad, la independencia, el
amor propio. Es decir, la historia es un entramado de subtramas tan bien escrito,
tan bien sustentado que la hace un guión fuerte y sólido.
¿Es o no
necesaria Toy Story? ¿Te hizo llorar o no? Creo que está película va más allá de
estas interrogantes porque el mensaje es tan poderoso que sólo los que sufren
de alguna depresión, de que no saben quiénes son ni para qué están en la vida sentirán
empatía con esta cinta.
TOY
STORY 4
Dirige:
Josh Cooley
Escribe
idea de la historia: John Lasseter, Andrew Staton, Josh Cooley, Valerie
LaPointe, Rashida Jones, Will McCormack, Martin Hynes, Stephany Folsom.
Guión:
Andrew Staton y Stephany Folsom
Actores
de doblaje: Tom Hanks, Tim Allen, Keanu Reeves, Tony Hale
Produce:
Pixar Animation, Walt Disney Production
Estados
Unidos, 2019
En
inglés,
Animación,
aventura, comedia, familiar, fantasía
100
minutos
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