jueves, 30 de enero de 2014

47 RONIN




Siguiendo con la racha de cintas muy bien logradas en términos de producción pero menores en historia y peor aún, en trascendencia cinematográfica, llega la historia de un grupo de Samurais renegados en la época feudal nipona.

Japón es vasta en todo tipo de elementos culturales milenarios que hasta la fecha prevalecen y la leyenda de los 47 forma parte de la historia del país oriental. Ciertamente recalcan que el que vaya a Japón y no se acerque a esta leyenda, en realidad nunca visitó el país. Como si dijéramos que quien visite México y no va algún ritual de ofrenda de muertos pues nunca lo visitó.



Lo acepto, 47 RONIN del director CARL RINSCH, que por cierto con esta cinta se estrena como director de largometrajes, me entretuvo mucho, me mantuvo expectante todo el tiempo, las casi dos horas que dura. Resulta que los paisajes, las locaciones, la escenografía, en cierta medida la fotografía y la historia tan "telenovelesca" me atrapó. Es una cinta con la que se atreven a jugar con cada uno de sus componentes para así poder ser atractivo al gran público, inclusive hasta los niños.

Sin embargo, también debo aceptarlo, debo decir que es una cinta cuya historia "ni picha, ni cacha, ni deja batear", es decir, no tiene una meta al cual se tenga que llegar, no hay un objetivo claro o contundente. Por una parte está un mestizo llamado Kai (KEANU REEVES) que nunca se sabe claramente de donde salió; el desprecio de los guerreros no termina por cuajar; la historia de amor solo se remite a decirse "te amo", no hay escenas donde demuestren que existe ese sentimiento; nunca se ven bien agrupados los 47, aun así, su importancia y participación la tuvieron en los últimos 15 minutos de la película. Entonces ¿cuáles 47 ronin? ¿cuál último samurai?


Resultado: una cinta extra hollywoodense, con una historia cuya leyenda quedó extra violada porque ni siquiera hace sentir al público que estamos en Japón antiguo, se nota el ambiente estadounidense, no hay respeto por la cultura, o al menos una proyección digna de la misma. Los samurais tenían un altísimo grado de valor y honor, si ellos pudieran ver esta cinta, inmediantemente se aplicarían el "jarakiri", morir antes que verse humillados en pantalla grande.

47 RONIN
DIR. CARL RINSCH
ESCRIBE: CHRIS MORGAN, HOSSEIN AMINI
CON: KEANU REEVES, HIROYUKI SANADA
PRODUCE: H2F ENTERTAINMENT, MID ATLANTIC FILMS
EUA, 2013
118 MIN.

miércoles, 29 de enero de 2014

ESCÁNDALO AMERICANO



Esta es una de las cintas que si la separamos en cada uno de sus elementos podemos darnos cuenta que son maravillosos cada uno de ellos, las actuaciones, la fotografía, el vestuario, la anécdota argumental, etcétera; sin embargo si la apreciamos en conjunto, es decir, la película en sí, resulta ser una cinta como muchas, intrascendente, como si la hubiéramos visto anteriormente. ¿Entonces por qué tanto escándalo con el ESCÁNDALO AMERICANO?

A decir verdad, siendo honestos, esta cinta son las de "marketing" son de las que poseen un aparato publicitario detrás para generar altas expectativas y vayamos todos a verla, para finalmente obtener una sensación de vacío, como si al no verla no nos habríamos perdido de nada importante cinematográficamente hablando, porque ni siquiera la propuesta que nos ofrece DAVID O. RUSSELL, director de la misma, amerita ni premios ni nominaciones a nada. A menos que se quieran agarrar de la excusa sobre el hecho verídico: la fragilidad del sistema político y policíaco de Estados Unidos.




Resulta que Richie DiMasso (BRADLEY COOPER) un agente del FBI atrapa de dos estafadores de poca monta pero con mucha experiencia en el arte de engañar a la gente, a Irving (CHRISTIAN BALE) y su amante, la sensual Syd (AMY ADAMS), pero a cambio de su libertad accederán a colaborar para pillar a importantes políticos accediendo, aceptando sobornos, algo así como lo que ha sucedido en México con los "Bejarano" o con los "niño verde".

Considero que las actuaciones de BALE y ADAMS son espectaculares, convencen con sus momentos de intimidad, el amor que se profesan mutuamente, o lo humanos blandos que resultan ser, o en lo público, lo cínicos y fríos que resultan al colaborar con los federales. Inclusive, JENNIFER LAWRENCE, convence como la esposa de Irving, naca, histérica, interesada, convenenciera, vulgar. Pero como todo hay un "negro en el arroz", BRADLEY COOPER ¿se está encasillando como el galán protagónico pero teto, inútil o bueno para nada de las películas o qué? Desde QUÉ PASÓ AYER pasando por EL LUGAR DONDE TODO TERMINA hasta LOS JUEGOS DEL DESTINO, en todos interpreta a alguien importante o clave para la historia o el país, pero es un imbécil finalmente.




Como leen, la cinta se antoja buena por todo lo que implica: actores de moda, historia que refleja el sistema estadounidense, vueltas de tuerca, la proyección de la generación X de los años setenta, diseño de producción (ambiente y escenografía de la época) impecable, pero en sí la película se presta para perderse en el olvido, no es poderosa ni inolvidables como sus competidoras en la categoría a "mejor película" en los premios Oscar 2014, GRAVEDAD, PHILOMENA o EL LOBO DE WALL STREET quienes marcan huella en la historia del cine y dejan estragos en el alma del espectador quienes son los que pagan por las películas, la razón de su existencia.





ESCÁNDALO AMERICANO
(AMERICAN HUSTLE)
DIR. DAVID O. RUSSELL
ESCRIBE: ERIC WARREN SINGER Y DAVID O. RUSSELL
CON: CHRISTIAN BALE, AMY ADAMS, BRADLEY COOPER, JENNIFER LAWRENCE Y JEREMY RENNER
PRODUCE: ATLAS ENTERTAINMENT, ANNAPURNA PICTURES
E.U.A., 2013
138 MIN.


lunes, 27 de enero de 2014

EL LOBO DE WALL STREET



MARTIN SCORSESE nos tiene acostumbrados a que sus personajes los conduce a límites inesperados, tal vez inimaginables, de forma magistral, sin caer en lo burdo, exagerado o lo ilógico, y esta no es la excepción. Es notable que el director ansía mostrarnos a nosotros, como público, de lo que somos capaces como seres humanos por lograr nuestros propios, íntimos y más egocéntricos objetivos.

Es innegable el hecho de que somos capaces de pisotearnos hasta a nosotros mismos por querer estabilidad en la vida, valor que se traduce en dinero, autos, casas, propiedades, cuando por fin lo logramos, en lugar de encontrarnos felices, sucede todo lo contrario, nos perdemos y ni si quiera nos damos cuenta que es lo peor.



JORDAN BELFORT, mejor conocido como EL LOBO DE WALL STREET (LEONARDO DICAPRIO), en los años noventa fue el "dolor de cabeza" de las empresas bursátiles en Nueva York porque ¿cómo era posible que una empresa incipiente en el ramo hiciera diariamente tanto dinero, millones de dólares? Era ilógico, era demasiado sospechoso, aunque finalmente todo estaba en regla y bajo el marco de la legalidad, o eso aparentaban. Inclusive como un joven que ni siquiera llegaba a la edad de los treintas y ya era multimillonario prácticamente de la noche a la mañana.

Así es como bajo esta premisa, el director nos conduce por lo más recóndito del alma de BELFORT, la evolución por la que atravesó desde el momento en que era un jovencito de 22 años, inexperto, con ambiciones y objetivos de vida, casado, de clase media, que incursionó como corredor de bolsa, nos muestra la manera en cómo ese mundo salvaje de las finanzas lo sedujo y nunca pudo salir; vemos también cómo forma su propia empresa y a base de descaros obtiene éxito avasallador; los millones y millones de dólares caían prácticamente del cielo.



Todo era tan fácil, así mismo también llegaron las perversiones sexuales, las orgías, las fiestas donde corrían las drogas como si fueran botanas, el alcohol, mujeres y sexo corrían al por mayor, junto con el trabajo vertiginoso que implica una empresa bursátil, son elementos necesarios para LEONARDO DICAPRIO hiciera una vez más, otra interpretación extraordinaria, este actor desde hace muchos años, a la fecha, sin importar la clase de papel que toma, sea drama, intriga o de comedia como este, hace el propósito por dejar huella en la historia del cine, y lo logra.

Tanto el director como el protagonista tienen el tino de implementarle a EL LOBO DE WALL STREET una comedia sutil tanto a BELFORT como a las situaciones vividas que la hacen una cinta amena, divertida, para evitar los tonos sórdidos que bien pudo tener y así poder abarcar todos los temas posibles de vicios y ambiciones.


EL LOBO DE WALL STREET
(THE WOLF OF WALL STREET)
DIRIGE: MARTIN SCORSESE
ESCRIBE: NOVELA DE JORDAN BELFORT; GUIÓN: TERENCE WINTER
CON: LEONARDO DICAPRIO, JONAH HILL, MARGOT ROBBIE
PRODUCE: RED GRANITE PICTURES, SIKELIA PRODUCTIONS
EUA. 2013
180 MIN.

viernes, 24 de enero de 2014

PHILOMENA




Lo que son las cosas. Existe gente que va por la vida echando pestes de la misma, debido a las circunstancias tan infames que experimentan en el andar negándose a aceptar que en medio de las penumbras, el dolor y sufrimiento existe una partícula ínfima de esperanza y bondad. Pero por el contrario, existe gente como Philomena Lee que a pesar de un dolor callado de cincuenta años, que en su juventud vivió vejaciones, peor aún, experimentó la pérdida de su hijo, gente que no guarda rencor a nada ni a nadie, que nada la derriba pese a que cada instante puede estar muriendo por dentro, que la frente siempre la tiene en alto.

STEPHEN FREARS, director de esta cinta, nos demuestra que la sencillez y la sutileza son factores primordiales para lograr una cinta tremendamente conmovedora, entrañable y aleccionadora. Estos factores se ven reflejados perfectamente en las actuaciones de JUDI DENCH como PHILOMENA LEE y STEVE COOGAN como el periodista quien le ayuda en toda su travesía, MARTIN SIXSMITH. Esto lo podemos valorar en cada gesto, en cada movimiento de los músculos faciales, de la actriz, en cada mirada. Siempre lo he dicho "lo sencillo es lo más poderoso". PHILOMENA es una película pero poderosa para el alma.



La historia se escucha un tanto "telenovelesco" pero en realidad nada más alejado que cualquier cursilería: Philomena Lee es una mujer de la tercera edad que después de cincuenta años sigue sufriendo la ausencia de Anthony, el hijo que un grupo de monjas le arrebataron cuando éste tenía tres años. Pero la vida le regala la oportunidad de ir en su búsqueda y poder hacerle la pregunta que le ha atormentado durante cinco décadas "¿alguna vez has pensado en mi?" Para emprender esta travesía llega a ella un periodista deprimido con neurosis contenida, con furia en el alma que se le dificulta expresar. MARTIN es un periodista envuelto en un escándalo político en Irlanda, cuestión que lo llevó a su despido o su renuncia como él le llama, aunque ahora este hombre tiene también la oportunidad de reincorporarse a la vida laboral investigando el paradero del niño Anthony después de cincuenta años.

Sin embargo, la película es más que esta anécdota. Se trata de la manera en qué aprecias a la vida pese a tus errores; de la forma en que visualizas la vida y la de los demás aunque éstos te traten mal o bien; del respeto a los semejantes; del respeto a las reglas a la moral de cualquier sociedad o grupo aunque no compartas las mismas opiniones que los demás; trata de sostenerse de forma estoica ante cualquier infamia o inmundicia de la vida. Lo más importante: trata del espíritu humano y el humanismo.



Bien lo menciona PHILOMENA en la cinta: "para qué tratar así (mal) a la gente, todos necesitamos de todos, uno nunca sabe cuándo necesitaremos de ellos". Pero aún más allá: EL PERDÓN, uno de los valores más difíciles y complejos del ser humano. ¿Cómo lograr perdonar a quién nos ha hecho daño? Primero, perdonarse a sí mismo, después visualizar las posibles razones del por qué la gente actúa de esa manera y por último dejar el pasado atrás, continuar con nuestros pendientes presente y futuros. 

Es así, a través de su historia de vida, y sin pretenderlo, PHILOMENA se convierte en una maestra que nos da grandes enseñanzas de vida.




PHILOMENA
Director: Stephen Frears
Escribe: del libro "The Lost Child of Philomena Lee"; guión de Steve Coogan y Jeff Pope
Con: Judy Dench y Steve Coogan
Produce: BBC Films, Baby Crow Productions, British Film Institute
Reino Unido, EUA, Francia, 20132
98 min.

lunes, 13 de enero de 2014

JAZMIN AZUL

Las "reinvenciones", los "reboots", los "remakes" o como quieran llamarle generalmente nos dejan decepcionados de sobre manera, porque en lugar de entregar un trabajo decoroso, "en nombre del honor de las cintas originales", terminan siendo cosas que dan pena ajena, ni las adaptaciones, ni las actuaciones las salvan. Pero Woody Allen quién sabe en qué piensa, o de qué material está hecho su cerebro que todo lo que hace es perfecto o casi, son impecables sus cintas en comparación con otras que pretenden rastrear la psicología social urbana.

Algunos periodistas han pintado a este director como alguien que probablemente se haya estancado, sino porque ya no puede superarse a sí mismo. A lo que yo opino, no es que se haya estancado o haya caído en la mediocridad, sino más bien que desde hace muchísimos años Allen alcanzó la cúspide del "Olimpo cinematográfico" "el paraíso del séptimo arte", la "tierra de los dioses" donde ya no hay un más allá. Por tanto, todo lo que filme hasta el final de su vida estará dentro del rubro de los insuperable hasta para sí mismo.

Inteligente Woody Allen al filmar una cinta que no se base en "Un Tranvía llamado Deseo" como tal, sino lo tomó desde otra óptica, la pregunta es ¿cómo sería o cómo se comportaría o cuáles serían los pensamientos de una Blanche Dubois (Vivien Leigh) en el siglo XXI? La respuesta nos la da Cate Blanchet como la angustiante y alterada Jasmine, en Jazmín Azul, quien es una aristócrata venida a menos, que después de perderlo absolutamente todo, llámese hijo, marido, propiedades, joyas, dinero, estilo de vida, amistades, todo en Nueva York, cruza todo el país para mudarse con su hermana la pobre, la conformista, la arraigada, la que no tiene aspiraciones, Ginger (Sally Hawkins) quien es divorciada, dos hijos molestos (como todos los niños), y tiene un novio que pareciera un bueno para nada pero en realidad es sólo la imagen que se forma Jasmine.


Jasmine es una mujer con gusto por la bebida, sin embargo pierde el control cuando su vida queda devastada, mentalmente se encuentra desequilibrada, para ella la vida de todos los demás no vale nada a comparación de su perfección, lo malo es que no acepta que carece de perfección porque ni siquiera tiene vida, es por ello que no solo su mente se encuentra así, sino que viene afectar a todos los demás en San Francisco, a su hermana, a los conocidos de su hermana, a sus sobrinos, a tal grado que, uno como público damos gracias a Dios que no tenemos a nadie así en nuestra familia... ¿o sí? Dejen lo medito.

Lo ha demostrado en cintas interpretando a la reina Elizabeth; o a Galadriel en "EL SEÑOR DE LOS ANILLOS", pero en esta en especial, Cate Blanchet hace de Jasmine un personaje memorable, dándonos al mismo tiempo cátedra de actuación femenina, hace parecer tan fácil como comer pastel pasar de la histeria a la sensatez para llegan a la melancolía en solo unos segundos, sin caer en lo vulgar, en la parodia o en el absurdo, son sutiles sus gestos, muy variados sus matices de voz, las expresiones corporales siempre son de contención, como lo es el espíritu de Jasmine. Es decir, Cate Blanchet es grande.



Esta cinta nos da a entender lo frágil que somos, lo fácil que sucumbimos ante cualquier luz, en este caso del dinero, tanto que nos olvidamos de nosotros mismos; somos tan fáciles que nos entregamos enteramente cuando nos dicen un "hola"; estamos tan desesperados por que alguien nos cuide que nos olvidamos de nosotros mismos y cuando nos hay nada ni nadie a nuestro lado, es cuando vienen los problemas. Porque no sabemos qué es la independencia de pensamiento y de corazón. Es por eso que la mejor filosofía es la de velar primero por nosotros mismos para poder velar de los demás y así nunca estar desamparados ni con ellos ni sin ellos.



JAZMIN AZUL
(BLUE JASMINE)
Dirige, produce y escribe: Woody Allen
Con: Cate Blanchet y Alec Baldwin
Produce: Perdido Productions
EUA, 2013
98 min.

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