Por Abel
Olivares R
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Como su slogan
lo menciona “es una FANTASÍA de la vida real” ¡Exacto! La versión cinematográfica
de la vida del cantante y astro británico sir Elton John no es necesariamente
exacta y fidedigna. Elton extrajo un fragmento más recalcitrante de su historia
privada y musical, la moldeó y nos ofrece Rocketman, la produce a su gusto y a
su manera.
Resulta
lógico que la película “Rocketman”, dirigida por Dexter Fletcher (Volando Alto,
2015), sea una cinta festiva, alocada, en ciertos momentos surrealista, tomándose
ciertas licencias del orden cronológico del cómo sucedieron los hechos en la
vida real; digo que es lógico porque a sabiendas de la personalidad de Elton,
tan extravagante, alocado, dejando de lado el “qué dirán”, la película es una
divertida, entrañable e interesante cinta biográfica.
Todos
sabemos quién es Elton John, mínimo de nombre, es decir, todos hemos escuchado
pronunciar por ahí este nombre, o leído en alguna publicación alguna nota sobre
él, aunque no conozcamos nada de su música, al menos lo ubicamos. Pero no por eso
debe ser una excusa para no ver esta película, ya que encontrarás muy interesante
la vida privada y musical del astro británico.
Para que
un producto audio visual biográfico sea digno de ser aplaudido, es decir, que
sea de buena calidad y manufactura, en su guión debe plantearse la línea del
dolor, la crisis existencial, una emoción revuelta y sin resolver, por la cual
la celebridad en cuestión se mueve, es una motivación para atravesar un camino
sinuoso y darle solución, o tal vez no. En Rocketman, lo que se nos plantea es
que Elton fue una persona que creció, vivió sin amor, nadie lo valoró, todo
mundo lo abandonaba, sus padres lo rechazaron, se nota que fue un niño no
deseado, nadie creía en él como músico o cantante solista, por eso le costó
trabajo darse a conocer, su representante lo explotó al máximo, se hundió en
las drogas, en el alcohol y la promiscuidad. Sólo dos personas le ofrecieron
amor incondicional: su abuelita y su mejor amigo, casi hermano, colega,
compañero de trabajo: Bernie Taupin (interpretado por Jamie Bell, Billy Eliot,
2000).
Es así
como Taron Egerton (Eggsy en Kingsman, 2014) tiene la gran oportunidad de
destacarse en su joven carrera, explotar su talento y dejarse llevar por todos
los matices que implica interpretar a Elton John, y sí lo logra, tanto que es
notorio que se mimetiza, en el rostro, en los ademanes, en el físico, son
parecidísimos, denle muchas nominaciones a los premios de cine a Egerton pero ¡ya!
Ahora bien,
es una fantasía cinematográfica porque los números musicales son una especie de
videoclips, son secuencias oníricas, los cuales describen las emociones más
profundas de nuestro protagonista. Es como cuando te piden que describas tu
sentir y no puedes porque no encuentras las palabras exactas que te den la
oportunidad de ser exactos con tus sentimientos y que, además, tus interlocutores
te entiendan correctamente. ¿Te ha pasado? El que no te alcancen las frases. Pues
qué mejor que con imágenes: como cuando triunfó por primera vez en Los Ángeles,
California, era tanta la emoción que sentía que flotaba, él y el público; como
cuando se toca fondo y a punto de la muerte se encuentra con Elton de niño en
el fondo de una alberca y cantan Rocketman; Elton fue adicto al sexo, hay
número musicales que asemejan una orgía, pero también el sentir del cantante.
En fin,
la búsqueda de sí mismo, el amarse a sí, el aceptarse a sí, el trabajo que debería
ser de todos los seres humanos, desgraciadamente pocos lo hacen y se hunden en
la miseria psicológica, emocional, profesional y familiar, echándole la culpa a
todos cuando la solución y la responsabilidad está dentro de nosotros.
ROCKETMAN
Dirige:
Dexter Fletcher
Guión:
Lee Hall
Protagonizado:
Taron Egerton, Jamie Bell
Produce:
Marv Films, Marv Studios, New Republic Pictures
Reino
Unido, Estados Unidos, Canadá, 2019
En inglés
121
min
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