lunes, 13 de enero de 2014

JAZMIN AZUL

Las "reinvenciones", los "reboots", los "remakes" o como quieran llamarle generalmente nos dejan decepcionados de sobre manera, porque en lugar de entregar un trabajo decoroso, "en nombre del honor de las cintas originales", terminan siendo cosas que dan pena ajena, ni las adaptaciones, ni las actuaciones las salvan. Pero Woody Allen quién sabe en qué piensa, o de qué material está hecho su cerebro que todo lo que hace es perfecto o casi, son impecables sus cintas en comparación con otras que pretenden rastrear la psicología social urbana.

Algunos periodistas han pintado a este director como alguien que probablemente se haya estancado, sino porque ya no puede superarse a sí mismo. A lo que yo opino, no es que se haya estancado o haya caído en la mediocridad, sino más bien que desde hace muchísimos años Allen alcanzó la cúspide del "Olimpo cinematográfico" "el paraíso del séptimo arte", la "tierra de los dioses" donde ya no hay un más allá. Por tanto, todo lo que filme hasta el final de su vida estará dentro del rubro de los insuperable hasta para sí mismo.

Inteligente Woody Allen al filmar una cinta que no se base en "Un Tranvía llamado Deseo" como tal, sino lo tomó desde otra óptica, la pregunta es ¿cómo sería o cómo se comportaría o cuáles serían los pensamientos de una Blanche Dubois (Vivien Leigh) en el siglo XXI? La respuesta nos la da Cate Blanchet como la angustiante y alterada Jasmine, en Jazmín Azul, quien es una aristócrata venida a menos, que después de perderlo absolutamente todo, llámese hijo, marido, propiedades, joyas, dinero, estilo de vida, amistades, todo en Nueva York, cruza todo el país para mudarse con su hermana la pobre, la conformista, la arraigada, la que no tiene aspiraciones, Ginger (Sally Hawkins) quien es divorciada, dos hijos molestos (como todos los niños), y tiene un novio que pareciera un bueno para nada pero en realidad es sólo la imagen que se forma Jasmine.


Jasmine es una mujer con gusto por la bebida, sin embargo pierde el control cuando su vida queda devastada, mentalmente se encuentra desequilibrada, para ella la vida de todos los demás no vale nada a comparación de su perfección, lo malo es que no acepta que carece de perfección porque ni siquiera tiene vida, es por ello que no solo su mente se encuentra así, sino que viene afectar a todos los demás en San Francisco, a su hermana, a los conocidos de su hermana, a sus sobrinos, a tal grado que, uno como público damos gracias a Dios que no tenemos a nadie así en nuestra familia... ¿o sí? Dejen lo medito.

Lo ha demostrado en cintas interpretando a la reina Elizabeth; o a Galadriel en "EL SEÑOR DE LOS ANILLOS", pero en esta en especial, Cate Blanchet hace de Jasmine un personaje memorable, dándonos al mismo tiempo cátedra de actuación femenina, hace parecer tan fácil como comer pastel pasar de la histeria a la sensatez para llegan a la melancolía en solo unos segundos, sin caer en lo vulgar, en la parodia o en el absurdo, son sutiles sus gestos, muy variados sus matices de voz, las expresiones corporales siempre son de contención, como lo es el espíritu de Jasmine. Es decir, Cate Blanchet es grande.



Esta cinta nos da a entender lo frágil que somos, lo fácil que sucumbimos ante cualquier luz, en este caso del dinero, tanto que nos olvidamos de nosotros mismos; somos tan fáciles que nos entregamos enteramente cuando nos dicen un "hola"; estamos tan desesperados por que alguien nos cuide que nos olvidamos de nosotros mismos y cuando nos hay nada ni nadie a nuestro lado, es cuando vienen los problemas. Porque no sabemos qué es la independencia de pensamiento y de corazón. Es por eso que la mejor filosofía es la de velar primero por nosotros mismos para poder velar de los demás y así nunca estar desamparados ni con ellos ni sin ellos.



JAZMIN AZUL
(BLUE JASMINE)
Dirige, produce y escribe: Woody Allen
Con: Cate Blanchet y Alec Baldwin
Produce: Perdido Productions
EUA, 2013
98 min.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Vistas a la página