Lo que son las cosas. Existe gente que va por la vida echando pestes de la misma, debido a las circunstancias tan infames que experimentan en el andar negándose a aceptar que en medio de las penumbras, el dolor y sufrimiento existe una partícula ínfima de esperanza y bondad. Pero por el contrario, existe gente como Philomena Lee que a pesar de un dolor callado de cincuenta años, que en su juventud vivió vejaciones, peor aún, experimentó la pérdida de su hijo, gente que no guarda rencor a nada ni a nadie, que nada la derriba pese a que cada instante puede estar muriendo por dentro, que la frente siempre la tiene en alto.
STEPHEN FREARS, director de esta cinta, nos demuestra que la sencillez y la sutileza son factores primordiales para lograr una cinta tremendamente conmovedora, entrañable y aleccionadora. Estos factores se ven reflejados perfectamente en las actuaciones de JUDI DENCH como PHILOMENA LEE y STEVE COOGAN como el periodista quien le ayuda en toda su travesía, MARTIN SIXSMITH. Esto lo podemos valorar en cada gesto, en cada movimiento de los músculos faciales, de la actriz, en cada mirada. Siempre lo he dicho "lo sencillo es lo más poderoso". PHILOMENA es una película pero poderosa para el alma.
La historia se escucha un tanto "telenovelesco" pero en realidad nada más alejado que cualquier cursilería: Philomena Lee es una mujer de la tercera edad que después de cincuenta años sigue sufriendo la ausencia de Anthony, el hijo que un grupo de monjas le arrebataron cuando éste tenía tres años. Pero la vida le regala la oportunidad de ir en su búsqueda y poder hacerle la pregunta que le ha atormentado durante cinco décadas "¿alguna vez has pensado en mi?" Para emprender esta travesía llega a ella un periodista deprimido con neurosis contenida, con furia en el alma que se le dificulta expresar. MARTIN es un periodista envuelto en un escándalo político en Irlanda, cuestión que lo llevó a su despido o su renuncia como él le llama, aunque ahora este hombre tiene también la oportunidad de reincorporarse a la vida laboral investigando el paradero del niño Anthony después de cincuenta años.
Sin embargo, la película es más que esta anécdota. Se trata de la manera en qué aprecias a la vida pese a tus errores; de la forma en que visualizas la vida y la de los demás aunque éstos te traten mal o bien; del respeto a los semejantes; del respeto a las reglas a la moral de cualquier sociedad o grupo aunque no compartas las mismas opiniones que los demás; trata de sostenerse de forma estoica ante cualquier infamia o inmundicia de la vida. Lo más importante: trata del espíritu humano y el humanismo.
Bien lo menciona PHILOMENA en la cinta: "para qué tratar así (mal) a la gente, todos necesitamos de todos, uno nunca sabe cuándo necesitaremos de ellos". Pero aún más allá: EL PERDÓN, uno de los valores más difíciles y complejos del ser humano. ¿Cómo lograr perdonar a quién nos ha hecho daño? Primero, perdonarse a sí mismo, después visualizar las posibles razones del por qué la gente actúa de esa manera y por último dejar el pasado atrás, continuar con nuestros pendientes presente y futuros.
Es así, a través de su historia de vida, y sin pretenderlo, PHILOMENA se convierte en una maestra que nos da grandes enseñanzas de vida.
PHILOMENA
Director: Stephen Frears
Escribe: del libro "The Lost Child of Philomena Lee"; guión de Steve Coogan y Jeff Pope
Con: Judy Dench y Steve Coogan
Produce: BBC Films, Baby Crow Productions, British Film Institute
Reino Unido, EUA, Francia, 20132
98 min.
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