viernes, 6 de febrero de 2009

ORIGENES DE JOY DIVISION EN CONTROL

CONTROL, ORIGENES JOY DIVISION, ANTECEDENTE NEW ORDER
Por Abel Olivares Ramírez

Temptation, Crystal, True Faith son algunos de los títulos de sencillos lanzados en los años ochenta e interpretados por una banda muy significativa y de gran influencia quien lograron combinar perfectamente lo electrónico con la música new wave, o lo que se conoce como el post punk, ellos son New Order, famosa durante dos décadas de existencia ya que lograron desprenderse del concepto con el que incursionaron en los setenta, solo que en esos años se hacía llamar Joy Division.

Para todos aquellos fanáticos del punk, sobre todo del inglés, existe una cinta que no pueden perderse, ya que trata precisamente del origen de esta banda de rock, altamente influenciada por otra muy importante en la historia musical, Sex Pistols. Sin embargo, Anton Corbijn (director de video clips de grupos como Depeche Mode, U2, Metallica), con este su primer cortometraje no se centra en la trayectoria musical de Joy Division, sino más bien en su vocalista Ian Curtis quien poseía una personalidad poderosamente oscura quien finalmente lo llevó a su muerte, y quien es interpretado por el joven actor Sam Riley cuyo talento lo ha ayudado para ser catalogado como una promesa inglesa en el mundo de la actuación.

Por la temática, por la forma narrativa que decide llevar Corbijn que como en sus trabajos, se asemeja a un video clip de casi dos horas por su técnica, fotografía en blanco y negro, locaciones sobrias, paneos, full shots, mucha música de la agrupación equilibrada con muchas escenas en silencio, pocos diálogos pero contundentes. Como verán, Control no se prestaría a ser una cinta comercial, sino más bien del cine alternativo, para todos aquellos que gustan de ver cosas distintas, de las llamadas biopics filmadas con un gusto muy personal.

La película inicia en 1976 en Manchester, Inglaterra. Cuando los muchachos Bernard Summer, Peter Hook y Terry Mason deciden integrarse en un grupo y sacar a flote todo lo que un adolescente quiere expresar. Es por ello que junto con sus instrumentos componen sus primeras piezas, pero quién llevaría la voz cantante. Entonces conocen a Curtis. E inician con la búsqueda de una identidad única, musical, vocal, letrista, grabando demos, haciendo pequeñas presentaciones. Ya que en sus inicios se llamaban Warsaw, aunque su rumbo y las circunstancias decidieron llamarse definitivamente Joy Division, sin embargo se acordó no de muy buena gana fue más bien palabra definitiva de Curtis.

Curtis, así como esta, tomó muchas más decisiones y prácticamente el control de la banda, componía, hacía acuerdos en los lugares en los que se presentarían, y demás. Pero, ironías de la vida y del destino, nunca supo cómo tomar el control de sí mismo. Le tomó por sorpresa su bipolaridad, su esquizofrenia y paranoia. Le tomó por sorpresa porque nunca tuvo conciencia de que lo padecía, y cuando lo aceptó trató de remontar, salir de su propia alma oscura, caótica, problemática, hasta iracunda. Porque llegaron momentos en los que a Ian Curtis solo dañaba a Ian Curtis, y esos momentos son los que Corbijn se avocó a explorar en la mente de este personaje, palmo a palmo, y lo que se agradece también de esta cinta, es que en definitiva respeta el objetivo del cine: contar una historia con imágenes. Sin diálogos, sin efectos, sin técnicas cinematográficas extraordinarias, sólo con la locación, con la actuación de Riley, y la inventiva del director nos transporta al mundo austero de un joven inglés fusionado con el mundo complejo de los artistas de rock.

Control
Director: Anton Corbijn
Con: Sam Riley, Joe Anderson, James Anthony Pearson y Samantha Morton
Inglaterra, 2007
Premios: 2 nominaciones BAFTA 2008 (mejor actriz de soporte y mejor película) y 3 premios Festival de Cannes 2007

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