domingo, 29 de septiembre de 2013

NO MOLESTAR




me escuchen decir: “¡Viva la diversidad sexual!, téngalo por seguro que no me refiero a las preferencias sexuales. Definitivamente quiero decir a las distintas, tal vez infinitas, formas de experimentar la sexualidad humana, obvio con seguridad y responsabilidad. ¿Y por qué “viva”? Pues porque la mayoría de las fracasos que traen las relaciones interpersonales tienen su origen en la sexualidad.

Alguna vez escuché de voz de una fémina la frase: “con el marido, una mujer debe ser una dama ante el mundo y una ‘puta’ en la cama”. Muchos años después oí la evolución de esta frase: “cuando una mujer pierde la virginidad o andas de noviecita está bien hacer el misionero, pero cuando se casan qué hueva el misionero, hay que divertirse en la cama”.
Otra ocasión, en un seminario de cine en la UNAM, como parte del análisis de un documental sobre enfermedades venéreas salió al tema el punto de que siempre ha existido, pero también negado, que los hombres heterosexuales buscan el mismo género para satisfacción sexual y no por eso los homosexuales, es decir, ellos no se sienten homosexuales, es simplemente el despliegue de la cachondería que llega a tal punto que tienen un deseo poco usual en su modo de vida. Es que a final de cuentas, algo de lo que también estoy seguro es que ser “gay” u homosexual va muchísimo más allá de la atracción física hacia el mismo género, tiene que ver con la visión de la vida, el modus vivendi; pero este es otro tema.



A lo que quiero llegar, es que la imaginación del hombre es tremendamente enorme, por tanto las formas de disfrutar el sexo y la sexualidad también son incontables. De ahí el origen de las fantasías. Pero desde tiempos inmemorables se nos ha enseñado a ser pudorosos y respetuosos con la pareja sobre todo con la mujer. Se nos ha dicho que ciertas prácticas íntimas son pecado. Se nos ha inculcado que el sexo es para procrear únicamente. Y muchas más prohibiciones, originando a través de la historia gente fracasada, con frustraciones, con crisis existenciales, con culpas, con miedo.

Si el esposo está tan pero tan “caliente” durante la relación sexual y tiene ganas de sentir en el ano, ¡ni cómo pedírselo a su esposa! ¿qué va a pensar? ¡podría pensar que es gay, y él es bien macho! ¡pero tiene ganas de que su esposa le ayude! Y como nos han enseñado a que los pensamientos “dizque sucios” nos lo debemos de guardar, a NO TENERLE CONFIANZA a la pareja, ¿qué queda? Pues la clandestinidad, el conseguirse a alguien.



¿Y qué me dicen cuando una esposa o novia tiene muchísimas ganas de estar con dos hombres al mismo tiempo, su pareja y alguien más? Ni modo de proponérselo ¿qué va a pensar el marido? ¿qué es una puta?

Que quede claro: el sexo es un instinto natural del ser humano y es general para todos, hombres, mujeres, gays, lesbianas o heterosexuales, Y NO POR TENER UN COMPROMISO CON ALGUIEN DE NOVIAZGO O DE MATRIMONIO SE APAGARÁ SE INSTINTO SEXUAL. PODREMOS, POR SU PUESTO, CONTROLARLO DESDE EL SENTIMIENTO, DESDE EL AMOR, DESDE LA CONFIANZA Y COMUNICACIÓN PARA NO TRAICIONAR.
EL COMPROMISO NACE DESDE EL CORAZÓN, DESDE EL PLAN DE VIDA CON LA PAREJA, DESDE LA CONVIVENCIA, DESDE LAS EXPERIENCIAS MUTUAS, NO DESDE EL SEXO.



EL INSTINTO SEXUAL SE APAGARÁ EL DÍA EN QUE MURAMOS.

El ser humano debe entender que si queremos experimentar cosas “ricas” “sucias” “cachondas”, o como quieran llamarle, nuevas, distintas y diversas no es porque estamos dejando de amar a la pareja, sino porque se desea juguetear, experimentar con el ser amado. Gracias a la confianza incomparable que se supone deben tenerse entre sí, es que deberíamos atrevernos a platicarlo. Desgraciadamente nuestra cultura mexicana, por más abierta que esté en el siglo XXI, aún no estamos preparados para ello. Pero por algo se empieza.

Amo las enchiladas verdes, con su cremita, su queso rallado, su queso gratinado, mucho pollo, bastante caldillo, no las “cambiaría por nada”, dentro de la carta puede existir una gran variedad de enchiladas, pero no importa yo pido las verdes. Aunque si en algún momento de la vida en mi orden de enchiladas verdes pido una de mole rojo para acompañarlas, no soy un fenómeno, ni traicionando mis lealtad, ni siempre voy hacer lo mismo, simplemente en ese momento se me antojo para darle un poquito de variedad y diversión a mis comidas, y enriquecer mi paladar. Lo mismo es con el sexo. Lo comparo de esta manera porque finalmente el sexo y el hambre son INSTINTOS HUMANOS NATURALES.



NO MOLESTAR, esta película francesa plantea esto. Los seres humanos somos grandes en casi todos los aspectos pero nos negamos a aceptarlo y cuando seamos capaces de decir lo que nos gusta, lo que deseamos, lo queremos para nosotros y para la pareja, el humano evolucionara para bien. Afortunadamente hay leyes que nos ayuda a esto no se convierta en un desgarriate: LA RESPONSABILIDAD y LA INTERIDAD con uno mismo y con el prójimo, porque tampoco se trata de causar daños a terceros, de herir sentimientos ni esto se convierta de SODOMA y GOMORRA.

NO MOLESTAR, también plantea lo que muchos hacen: MENTIR PARA CONVIVIR, muchos se la dan de que son casanovas, son de mente muy abierta, que nada les asusta, pero finalmente son todo lo contrario, son conservadores en unos casos, están frustrados en otros, porque sí tienen ganas de experimentar algunas situaciones pero no se atreven porque no quieren hacerlo solos, o con alguien con quien no tienen gran confianza.

Estos son un par de amigos de la universidad, cuarentones, casi cincuentones, que se quieren y se estiman mucho. Se tienen confianza incomparable, sienten una fraternidad grande mutua. Son como hermanos. Les encantaría levantar algún proyecto juntos como para sellar aún más su amistad.

Uno es casado, su esposa es un tanto más joven, buscan tener un hijo pero no lo han logrado. A él le aqueja algo, no se siente satisfecho ni como pareja ni como hombre, ni como individuo. El otro es un aventurero, amante del arte alternativo, un viajero incansable, soltero e imposible que se case, es de mente abierta y cualquier forma e amor y amar no le asusta. Un buen día se les presenta la oportunidad de ingresar a un concurso de cine porno amateur, pero para hacerlo interesante se les propone hacer la película pero de dos heterosexuales teniendo sexo entre ellos, ¿quién mejor que ellos para protagonizarla? Pero… ¿cómo decirle a la esposa? ¿Cómo tener sexo con el mejor amigo? ¿cómo vencer los miedos? ¿cómo cumplir fantasías? ¿Cómo saciar los deseos que tienen arrastrando desde hace veinte años? Ahora que tienen la oportunidad… ¿qué hacer?


NO MOLESTAR
(Do not disturb)
Dirige: Yvan Attal
Escribe: Yvan Attal y Olivier Lécot
Con: Francois Cluzet, Yvan Attal Laetitia Casta
Francia, 2013

88 min.

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