domingo, 17 de febrero de 2013

LOS MISERABLES




Escuché decir a Armando Reina, “especialista” y encargado del área de cine de la estación de radio Los 40 Principales México que la película Los Miserables no le gustó porque es “teatro filmado” que la vio porque pues “tenía que verla” (por mero ejercicio periodístico); por tanto a mucha gente, como a él, no le agradará y que hay fans del teatro musical que la disfrutarían muchísimo.

 

En su sentencia hay verdades pero también desaciertos, por una parte, como especialista en cine no debe permitirse que lo invadan los sentimientos y enojos para luego expresarlos al público, porque hace aparentar que la película está fea cuando primero debe explicar las cualidades de la cinta, y decir por qué es considerada una de las nueve mejores películas del 2012. Es como todo en la vida, “el gusto se rompe en géneros” pero no porque algo nos desagrade significa que está horrible, seamos primero objetivos y posteriormente, si lo deseamos, ahora sí permitámonos invadirnos por la desesperación o hasta frustración.

 

Armando Reina también hace mención que es teatro filmado, como si Tom Hooper, director de la cinta, hubiera montado un teatro, en él la obra de Víctor Hugo, y alrededor cámaras y a filmar lo que acontece en el escenario, cosa más lejana de la realidad. Hooper hace una adaptación me atrevo a decir magistral, “mucho ojo”, NO de la novela literaria, sino de la obra de teatro de Broadway. Los Miserables tiene tres valores importantísimos que la hacen merecedora de ser una de las mejores del año pasado: 1) el director decidió que los actores cantaran en vivo, es decir, generalmente para filmar una cinta musical sea cual sea, primero se deben grabar las canciones en un estudio de grabación musical, con toda la calidad y masterización de un disco, luego en el set sobre la pista los actores cantan o mejor dicho hacen playback, esto debido a varias cuestiones, por ejemplo si a la actriz o actor tiene los sentimientos a flor de piel no vaya a desafinar si fuera en vivo, si se tiene que hacer alguna coreografía no se agoten por cantar en vivo, entre otros aspectos. Pero aquí, Hooper decidió que Hugh Jackman, Anne Hattaway, Russel Crowe y demás elenco cantaran en vivo, o sea que todo lo que escuchamos en la película no es playback, en verdad son sus voces. Gran valor de producción.

 

2) Las actuaciones son poderosas e imponentes, porque el elenco tuvieron que hacer doble esfuerzo, doble entrega, doble amor a su trabajo. Además de estar cantando en vivo y todo lo que implica, en cuanto a la voz (cuidarla, matizar, afinar, etcétera), no debían perder el personaje debían sufrir, no dejar de hacerlo, si se les salía el moco por tanto llorar ni modo a seguir cantando; debían mantener el odio, el rencor, la desesperanza, la tristeza, la decepción hacia la vida misma; no sólo esto, además de cantar, de actuar excelentemente, tenían que proyectarlo para hacer vibrar al público, misión cumplida. Claro ejemplo de esto es lo conseguido por Anne Hattaway que en su papel de Fantine, después de ser corrida a patadas de la fábrica de manera injusta, debe conseguir de inmediato dinero, porque su hija que está muy lejos lo necesita, ¿qué hace?, pues vende su cabello y sus muelas a los indigentes, pero cae en la prostitución, ya humillada, ultrajada, violada, hambrienta, enferma, estando en lo bajo de lo más bajo inicia su número musical, que sin cortes, en una sola toma, y con un gran close up a su rostro nos dice todo, nos hace sentir como ella. Pienso que pesó tanto este momento en el cine que por ello la han nominado en varias premiaciones a mejor actriz de reparto.

 

3) Hablando de los close ups o acercamientos estos son el otro valor agregado a la cinta. El director, como sabía que la materia prima era el talento de cada uno de los artistas, decidió explotar cada una de sus sonrisas, de sus lágrimas, de sus miradas, en fin, de cada gesto para hacernos llegar la magia de su cine. Todo esto aderezado con un vestuario que te hace sentir lástima del lumpenparisino, un diseño de producción (escenografía) que ralla en lo teatral pero el juego de cámaras y la edición hace no caiga en ello como dice Armando Reina, sino logran sostenerla como una verdadera película importante en el género musical.

 

Pero el especialista en cine de Los 40 Principales tiene mucha razón al decir que hay gente que no gusta de este cine a pesar de lo magistral que pueda resultar, incluyéndose él mismo. En México no estamos educados, mucho menos acostumbrados al teatro, mucho menos al musical, por distintos factores en la vida aunque ese es otro tema para después, por tanto no gustamos de que diálogos tan simples como “tengo hambre y frío” “un hombre llegó a su vida” “estuve en la cárcel 19 años por robar pan para mi sobrino”, estén cantados. Así es en la película, por ser la obra de Broadway, no hay ni un solo diálogo hablado, todo es cantado, esto puede resultar hartante, desesperante, o como el público que me tocó compartir, era tanta su desesperación en la última parte de la historia, que  se reía de todo y por todo, cada vez que alguien en pantalla abriera la boca para hablar cantando se reían por más tristísima que fuera la escena.

 

Sin embargo, ¿qué creen?, es tan poderosa la cinta, tan apabullante por todos los elemento que les expliqué, que cuando termina el último número musical con que se cierra la historia, toda la sala completamente llena aplaudió, gran logro, porque los sentimientos salieron a flor de piel que intempestiva y espontáneamente fue una manera de sacar todo lo que recibimos de la producción de Los Miserables. ¿O será que aplaudimos en señal de que se acabó el martirio de dos horas y media?

 

LOS MISERABLES

 

Dir. Tom Hooper

Escribe: Guión: William Nicholson, Alain Bloublil, Claude-Michel Schönberg, Herbert Kretzmer;  Novela: Víctor Hugo

Con: Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hattaway, Amanda Seyfried

Produce: Universal Pictures, Relativity Media, Working Title Films

Estados Unidos, 2012

158 min.

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