Al momento en que esta reseña esté
siendo publicada, Pantera Negra, penúltima cinta de la fase tres del Universo
Cinematográfico Marvel, ha roto todos los récords habidos, trascendentales como
la cinta más vista y/o taquillera en la historia del cine. ¿En serio había sido
tan, pero tan esperada? No lo creo.
Sí me brinca este asunto porque
al finalizar la cinta me dejó con un sabor agridulce. Para empezar, quiero
aclarar que sí me gustó mucho la película, en sí y por lo que es: una película
de acción y fantasía acorde a Marvel, sin embargo, sinceramente, no tiene nada
de extraordinario y sobresaliente en comparación a sus antecesoras (Iron Man,
Thor, Hulk, Dr. Strange, etcétera), es igual de buena que todas ellas, están a
la par en tecnología en efectos especiales y visuales, en cuanto a la
construcción del personaje central y el mundo en el que habita. ¿Entonces por
qué tanta alaraca por su éxito?
Por más que lo pienso llego a la
conclusión que la razón es porque es una cinta hecha por un negro, de negros
para la raza negra, que, a decir verdad, no hay una cinta de super héroes enteramente
de gente de color, y mejor aún, donde se pinte a la raza negra como la raza
superior a sobre todas en el mundo, al fin y al cabo, con ellos se originó la
humanidad, se merecen por lo menos que les reconozcamos su valía de esta
manera. El continente africano en tiempos inmemorables fue rico en recursos
naturales que si no hubiera sido víctima de la avaricia de otras naciones bien
podría ser un continente próspero en la actualidad.
Me deja una sensación agridulce
porque pese a que la esencia de esta cinta , dirigida por Ryan Coogler (Creed,
2015), es enaltecer a la raza negra con la utopía que se plantea, la historia
finalmente se cimenta con la estructura de una telenovela o novela rosa: el
hijo atormentado por no poder proteger a su padre, además de llevar el peso de
un reino importantísimo para el mundo; la madre apoyo moral de sus hijos; la
tensión sentimental entre el protagonista y el objeto de sus emociones, una ex
novia; el consejero familiar que sirve de conciencia del héroe; un secreto familiar;
el pariente incómodo que arde en deseos de venganza, consecuencia de ese
secreto. Y si lo pensamos bien, ¿qué no se trata de esto también El Rey León?
Cosa que no me molesta, ya que en su momento también fue tachada de parecerse
demasiado a Hamlet de Shakespeare, cuando sí, desde un principio se dijo que
estaba basada en esa obra del dramaturgo inglés, bonita manera de acercar a los
niños a la literatura.
Pantera Negra al final se convierte
en un drama familiar y que servirá para comprender mejor al personaje y su
manera de conducirse ante la humanidad, que ya vimos un poco en Capitán América:
Civil War y que volveremos a ver en Los Vengadores: Infinity War en un par de
meses.
PANTERA NEGRA
(BLACK PANTHER)
Dirige: Ryan Coogler
Escribe: Ryan Coogler y Joe
Robert Cole
Con: Chadwick Boseman, Michael B.
Jordan, Lupita Nyong’o
Produce: Marvel Studios, Walt
Disney Pictures
En: Swahili, Nama, Inglés,
Koreano, Xhosa
Estados Unidos, 2018
134 min.
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