Si la memoria, pero sobre todo mi corazón y mi alma no me fallan en la memoria, cuando fui adolescente, refiriéndome entre los 14 y 19 años de edad, mi amigos, mis amigas y yo éramos muy susceptibles al dolor, todos nos aquejaba, todo nos chocaba, todo nos caía gordo, pero en contraste, todo nos emocionaba, todo nos ilusionaba y cualquiera podía enamorarnos con un simple "hola".
Cada paso que dábamos lo hacíamos en forma de metáfora, muchas de las cosas o circunstancias que nos rodeaban lo apreciábamos simbólicamente, como si nuestras ilusiones, esperanzas o sueños se materializaran en forma de icono: una puesta de sol con clima frío, una mirada triste de la persona de enfrente, un viaje en autopista, una montaña rusa.
Esto habla mucho sobre la falta de decisión que teníamos mis amigos, amigas y yo. Queríamos una cosa, a las primeras de cambio deseábamos otra distinta; nos gustaba alguien, al día siguiente nos hartábamos; nos reíamos con algo o alguien, al minuto siguiente le mentábamos la madre. Si, el adolescente es totalmente voluble. No sabíamos mediar. Queríamos comernos al mundo a bocanadas, no sabíamos equilibrar nuestras emociones, tomando a pecho exageradamente cualquier circunstancia de la vida, desde una mala calificación hasta la muerte de alguien cercano. También hay algo importante qué anotar, como todo adolescente, éramos muy orgullosos como para ir en busca de ayuda de algún adulto, ¿qué puede saber un papá, una mamá sobre cómo resolver la vida? ¡Qué ciegos puede llegar a ser un adolescente!
Pues I HATE LOVE u ODIO EL AMOR, de Humberto Hinojosa, director y guionista de la misma, plasma en la pantalla grande exactamente todo lo que les acabo de decir: las metáforas, las ilusiones, los sueños, las indecisiones, la falta de definición en la personalidad de un adolescente, convirtiéndose en una linda cinta contemplativa. Así es, hay escenas o tomas en los que no hay diálogos que pueden tornarse largas o lentas, pero esto es a propósito, porque así es como un adolescente ve la vida, se encierra en sí mismo, observa la vida, medita, se siente acorralado, siente que no hay nadie quien le ayude; por tanto la fotografía de esta película se convierte en un elemento fundamental, con imágenes aterciopeladas, cálidas o frías según el ánimo de los personajes.
¿Y todo esto para qué? Para decirnos que EL AMOR NO EXISTE, este sentimiento es el peor de los males, es engañoso, es traicionero, manipulador. Exacto como un adolescente lo aprecia cuando lo entrega todo y recibe nada.
Eve (DIANE ROSSER) es una muchacha estadounidense, quien ha intentado suicidarse en varias ocasiones debido a que el amor, de ninguna índole, es para ella. Eve llega a México, concretamente a la vida de un grupo de mejores amigos Robo (CHRISTIAN VAZQUEZ), Cobra (RODRIGO AZUELA) y Caca (DIEGO CATAÑO); lo interesante es el transcurrir de la cinta para ver cómo ella llegó a enseñarles que así como el amor sí existe, también puedes aborrecerlo con todas tus fuerzas, tanto que Robo dice "Me odio a mi mismo por amarte".
Esa una cinta que así como posee momentos de risa, desde un principio se nota que pinta para tragedia. Es la película casi perfecta, digo "casi" porque el final que le dieron tira todo el trabajo por el cual atravesaron los personajes en su travesía. Pero podría decir que sí es exacta para todo el público adolescente de este país o de cualquier otro. Los niños de secundaria y abajo de 18, 19 años la disfrutarán muchísimo. Sí conocen a un adolescente voluble, recomiéndale esta película, la gozarán.
I HATE LOVE / ODIO EL AMOR
Dirige y Escribe: Humberto Hinojosa
Con: Christian Vazquez, Diane Rosser, Diego Cataño
Produce: Tigre pictures
México, Estados Unidos, 2012
105 min.
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