Esto ya es una tradición. ¿Qué cosa? Así como año con año hay una cinta que trata sobre el holocausto y la tragedia de los judíos. Pues también cada año esté nominada (o al menos recavar un sin fin de críticas favorables sin conseguir la nominación) al Oscar, alguna cinta con el ya muy sobadísimo tema del sufrimiento de la raza negra en Estados Unidos.
Más claro: Estados Unidos no tiene una historia propia milenaria como país. Es una nación construida a base de migrantes, sajones, negros, judíos y demás; por tanto no es de extrañarse que el tema recurrente en las películas de las más importantes sea con el tema de la discriminación, esclavitud, sufrimiento, historias de vida de personas que tuvieron esas experiencias amargas.
¿Otra vez una película de negros sufriendo? Sí, y no importa si sean muchas más las que se produzcan en un futuro cercano. Lo verdaderamente importante es que los productores, guionista, director y actores sepan mover las fibras del corazón del público, con una historia lógica, inteligente, interesante, con actuaciones memorables, con cada elemento para convertir en un tema "choteado" en una cinta poderosa.
Aunque en 12 AÑOS ESCLAVO me deja un poquito decepcionado. Me explico. He de aceptar primero que sí es una cinta importante, como pocas que abordan la esclavitud en el siglo XIX en el país vecino. STEVE MCQUEEN supo quitarle todo lo romántico o nostálgico que puede evocar la época para centrarse en lo trascendental: la doble moral del ser humano, la incongruencia con la que nos conducimos todos sin excepción; acciones que incuestionablemente trae consecuencias exageradamente severas, de no creerse, ¿es posible que la humanidad sea cruel por naturaleza? ¿de dónde viene el sentimiento de superioridad cimentado sobre cualquier excusa?
SOLOMON (Chiwetel Ejiofor) es un esclavo que se encuentra inmerso en un mundo fielmente cristiano, devoto a la doctrina bíblica, donde el fervor a Dios es inmenso. Leído así parece ser un paraíso invadido de paz y amor ¿para quién? Porque lo que vemos es que ni siquiera los dueños de las plantaciones, los ricos de las regiones sureñas estadounidenses y predicadores, ni siquiera ellos son capaces de alcanzar la tranquilidad espiritual, saben en el fondo que su incapacidad para respetar sus propios principios causa mucho daño, que además ni les importa.
SOLOMON es un esclavo que pasa por varias manos blancas esclavizadoras, porque es objeto de compra-venta en diversas ocasiones, lo cual le permite atestiguar de primera mano el sufrimiento de su propia raza, pero además le permite visualizar la dimensión del problema en el que se encuentra su país y NADIE DICE NADA, (hasta ese momento, claro está).
SOLOMON vive en la resignación ¿qué puede hacer si cada vez que quiere hacer valer su opinión, alzar la voz, es objeto de amenazas, de castigos físicos, de torturas?
Él necesita levantar la voz pero se contiene, sabe que no le conviene. Desea hacer valer su opinión pero no puede porque si se enteran que sabe escribir y leer es posible que lo maten. Pero lo más importante para él es regresar con su familia algún día, poder verlos al menos una vez. Él no era esclavo. Él era violinista de profesión, amenizaba fiestas y eventos con su música, en su lugar de residencia Saratoga, Nueva York donde vivía como cualquier ser humano, con casa propia, buenas ropas, esposa e hijos pequeños. Tenía una vida ejemplar, limpia, pacífica. Pero fue víctima de su propia ingenuidad cuando aceptó ser parte de una gira artística de un espectáculo, los supuestos promotores de este show lo engañaron, secuestraron y vendieron. Así inicia la película. Así inicia su travesía.
El problema de esta cinta es que no se percibe el tiempo, no se siente que pasaran doce años. Tal vez sea la idea del director, que eso mismo fue lo que percibió el héroe de la historia, que SOLOMON al ya resignarse que no le importó nada, ni el tiempo y se dejó llevar por las inclemencias de su historia. Aunque así fuera, en el físico de SOLOMON no se percibe claramente las marcas del tiempo, sí de los latigazos que le propinan pero me parece que su rostro permanece intacto todo el tiempo, no hay encanecimiento, no hay marcas o arrugas de amargura o tristeza.
La palomita que le pongo es que nos dan una empapada del origen de la música "blues" y posteriormente del rock & roll. Obviamente no muestran que estén creando música que trascenderá por décadas y siglos, me refiero que el rock tiene sus orígenes en el blues y éste a su vez de la música negra que cantaban los esclavos en sus momentos más desgarradores de dolor y tristeza, en 12 AÑOS ESCLAVO hay un par de momentos en sucede esto mismo, que el único escape de los "negritos" son sus propios cantos.
Y por último, un pequeño tache que le pongo, es que el potencia como actor de EJIOFOR no está totalmente explotado, siempre se encuentra contenido, MCQUEEN no lleva hasta el máximo a SOLOMON y por tanto el actor que lo interpreta no va más allá ni con sus movimientos, ni con sus miradas, ni con su voz.
Así es, otra más del sufrimiento de los americanos, HISTORIAS CRUZADAS, LINCOLN, DJANGO SIN CADENAS, en los últimos años, ahora 12 AÑOS ESCLAVO, pero lo que tienen en común todas ellas es que sí valen la pena y por mucho (aunque unas más que otras).
(12 YEARS A SLAVE)
DIR. STEVE MCQUEEN
GUIÓN: JOHN RIDLEY; BASADO EN EL LIBRO DE SOLOMON NORTHUP DEL MISMO NOMBRE
CON: CHIWETEL EJIOFOR; MICHAEL FASBENDER, LUPITA NYONG'O
PRODUCE: REGENCY ENTERPRISES, RIVER ROAD ENTERTAINMENT
EUA / REINO UNIDO, 2013
134 MIN.
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