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Era primero de primaria y yo rezaba porque pasaran los seis años reglamentarios y salir del infierno en que el que me encontraba. Se supone que la infancia debe ser la etapa más bonita, linda, tierna y hermosa que todo ser humano debemos pasar. Para mi no lo fue.
En alguna ocasión, a los 13 años de edad una persona (creo que una tía, si no mal recuerdo) me dijo "Axvel, eres demasiado maduro para tu edad". ¡Y cómo no si desde los 6 años tuve que convertirme en adulto para que los golpes en la moral que me daban a diario no me resquebrajara y terminar por suicidarme como muchos niños lo han hecho.
Como Alejandra (Tessa Ía), pasé esos seis años en completa soledad, qué patético, cuando yo iba en quinto, a la hora del recreo, buscaba a mi hermano de primero para jugar con él y sus amiguitos. Los insultos, las patadas, las humillaciones, los desprecios, todo me lo tenía que aguantar. Tuve mucho miedo de ir a contárselo a los maestros, a mis padres, imagínense en qué mega problemón, por no decir pedo, me metería si acusaba a los niños que me molestaba. Era mejor callarme. Cómo iba a saber yo, cómo seguir adelante.
Nadie me enseñó a defenderme, a golpes o a palabras. En mi naturaleza no está el golpear a nadie. Y menos cuando viví en medio de gente golpeadora, pero esa es otra historia. Por eso nunca golpeé a nadie por más harto que estuviera. Alejandra ya no sabía qué hacer, prefería quedarse sola en el aula a verle la cara a los demás en el patio. Además ¿cómo causar molestias con su padre cuando éste apenas si podía con su alma después de Lucía, después de la muerte de su esposa? Es mejor callar y tratar de sobre llevar la vida, ¿no es así Ale?
Y llegó la secundaria. En ese entonces no existía el término "bulling" así que con o sin él la vida teníamos que dejarla pasar. Lo sufrido en la primaria mermó en mi alma, la cual no me dejaba seguir adelante como yo habría querido, es decir, extrovertido, amiguero, pambolero, parrandero y vividor (¡ja!) Aunque aquí conocí un poco lo que es la amistad... le tenia miedo a mis compañeros y compañeras, no podía abrirme, no podía estar con ellos, no me sentía uno de ellos. Sí tuve buenos amigos y amigas ahí, pero las heridas aún seguían abiertas.
A Alejandra la hicieron comer popó, la hicieron ver como una puta, la torturaron psicológicamente. Hay distintos y muy variados niveles de bulling, pero todos dejan la misma, terrible, honda y perniciosa herida sangrante, que nunca cerrará. Aquí no quiero aconsejar que te acerques a la gente que más confías, o que hables con tus profesores. Mas bien te quiero decir, que lo más importante en tu vida, eres tú mismo, quien vale por lo que eres y quieres hacer eres tu, ya por el hecho de ser un humano vale oro, así que el hecho de que te hagan daño es nada a comparación de lo que vales, por tanto, confía en ti mismo, confía en tus palabras y en tu coraje, sácalo, explota, enfrenta para que los demás sientan el rigor y la valentía.
Que una vez es divertido pero más veces es encaje y hasta odio.
Después de Lucía una cinta de Michel Franco, transparentemente demoledora. Actual y verdadera.
DESPUÉS DE LUCÍA.
DIR. Y ESCRIBE. MICHEL FRANCO
CON: HERNAN MENDOZA, TESSA ÍA, GONZALO VEGA JR.
PRODUCE: POP FILMS, FILMADORA NACIONAL, LEMON FILMS
MÉXICO, 2012
93 MIN.
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