Pero fíjense que esta alegría que me invade se me va al suelo al momento de encender la televisión y darme cuenta que lo que hay en la pantalla mexicana se suma a la lista de las cosas que en el mundo nos ataca al ser humano, espiritual, moral, psicológica y hasta físicamente. Es para mí ya un ataque terrorista el que nos hacen las dos televisoras a todos los mexicanos con sus producciones tan malas, tan chafa, de manufactura paupérrima. ¡Y todavía se preguntan por qué la gente ya no ve televisión, y sobre todo la mexicana!
Hace unos pocos días me tocó ver un fragmento de la taranovela (efectivamente, porque esta sí ataranta) El Triunfo del Amor que de triunfo no tiene nada; donde Ximena (Dominika Paleta) se hace pasar por María Desamparada (Mayté Perroni) para aprovecharse de la borrachera de Max (William Levy) y tener sexo con él. Al día siguiente, ni 24 horas del coito, ¡Adivinen! Ciertamente, Ximena le exige a Max que se case con ella porque ha quedado embarazada de él, el meollo es que sí está embarazada pero no de Max, así que se lo quiere enjaretar para amarrarlo y así asegurar fortuna, porque… ¿qué creen?... ¡Cómo adivinaron! Su familia está en la ruina. A esto súmenle las terribles actuaciones de todo el elenco, la escenografía acartonada, el semblante de los actores de hastío, dirección de cámaras aburridas. Siendo lo mejor Cuauhtémoc Blanco, ¡ahora imagínense cómo está el resto de la novela, si lo mejor es el futbolista!
Basura, vil y asquerosa. Es decir, en la Soy tu Dueña, pasó lo mismo, en la novela anterior también, y en la anterior de la anterior igual, y en las de la tarde igual. Que putrefacción de adaptación. Ya no hay imaginación ni para hacer creíble las historias trilladas o los refritos de los refritos. ¿Quién en su sano juicio va a creer que la mujer le asegura que ya está embarazada a unas horas del sexo, sin pruebas, el baboso del galán se la cree, -no que muy inteligente, o cómo es que está a cargo de una empresa importante de modas- y la estúpida de la protagonista que permite todo a sabiendas de las circunstancias y de la historia de vida de su novio, todo le favorece, pero no, en lugar de defender a su hombre lo deja pasar?
A lo que voy es que hoy, 2011, iniciando segunda década del siglo XXI, y todo el contexto geopolítico, económico, global, tecnológico, creen que los mexicanos seguimos siendo los mismos indios esperando a ser sometidos. Pero NO, cada uno desde nuestras trincheras nos defendemos, ya no permitimos más robos y secuestros a tal grado de linchar a los delincuentes, podemos sacar del poder a quien nos falla, a través de las urnas o de la opinión pública; las mujeres ya no son sumisas ni dejadas que le dicen SÍ al marido o al jefe sin apelar. Los niños, han nacido y siguen naciendo bajo un régimen de tecnología que lo que menos les importa es la TV.
Qué pena ver en TV abierta, a nivel nacional programas deplorables como es La tijera, dizque programas de espectáculos, donde los cuatro conductores con pose y actitud de intelectuales debaten y opinan y se apasionan con escándalos, que ni nos va ni nos viene, como si las consecuencias de ellos dependiera la vida nacional, social del mundo o por lo menos de Latinoamérica.
No es posible que hayan vuelto programas que muestran lo más bajo y ruin de la sociedad. Con conductoras jactándose de darle solución a la vida como Cosas de la Vida con Rocío Sánchez Azura y Laura de México con Laura Bozzo esta última colocándose en el canal dos de lunes a viernes en un espacio donde Para volver a Amar de Roberto Gómez Fernández supo calentar muy bien, ya que es el único programa en toda Televisa que tiene alta o buena calidad (ya hablaré de ella). Es como si la premiaran, ¿Pero de qué demonios?
¿Ya se van dando cuenta del por qué digo que se ha convertido en un ataque terrorista en contra de todo nuestro ser? Atentan en contra de nuestro físico porque no nos paramos por estar frente al aparato mínimo 60 minutos, en contra de nuestro intelecto porque nos hacen creer que cosas inverosímiles, en contra de nuestro espíritu porque como ser humano nos empobrece.
Pero una cosa sí les digo, LOS MEXICANOS NO SOMOS NI HEMOS SIDO ESTÚPIDOS. Sólo que en décadas pasadas no teníamos a la mano todo lo que hoy se nos facilita: teléfonos con internet integrado, aparatos de audio y video del tamaño de la palma de la mano, video juegos sofisticados que ni controles se necesitan, televisión por cable o satelital con internet más económicos. Esto sin mencionar el escuchar música, platicar por teléfono, rentar películas o mínimo salir a pasear con la mascota a la esquina de la casa.
Por tanto, los mexicanos preferimos hacer otras cosas, productivas o no, pero más interesantes que estar viendo la misma basura de siempre.
No estoy en contra de la televisión, ni creo que sea un aparato que idiotiza o controla. Ni tampoco creo que lo que nos presenten debe ser cultura e intelectualidad. Pero sí estoy convencido es que las televisoras, de cualquier parte del mundo, de cualquier tamaño, tienen una meta social, y es ENTRETENER CON CALIDAD, INTELIGENCIA, QUE MOTIVE ALESPECTADOR A INMISCUIRSE EN LO QUE PRESENCIA, QUE MOTIVE LA IMAGINACIÓN Y NO SÓLO LA ACEPTACIÓN PASIVA.
En lo personal inicié de manera extraordinaria el año, con muy buenas expectativas, proyectos y regalos de la vida. No así a lo que pantalla mexicana se refiere. ¡Y todavía se extrañan los altos mandos de las empresas televisoras, porqué no funcionan sus productos, pobres incrédulos!
Que paaaaaaaaaaaaase el desgraciado que autorizó a la Señorita Laura en ese horario que va después de que se te aparece la Rosa de Guadalupe para ayudarnos a remediar la vida. jajajaja
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