Treinta años después nuevas rebeliones de replicantes siguen vigentes, por tanto, es menester "retirarlos" a todos.
Si Blade Runner de Ridley Scott (1982) fue una cinta prácticamente una obra de arte, su secuela, no desmerece, es hermosa, es tensa, es caótica pero poética. La primera es una especie de prosa poética sobre la decadencia de la humanidad a la que vamos a llegar tarde o temprano. La 2049 también es un poema pero ahora sobre la esperanza que está prácticamente perdida, que aunque los humanos somos ya unos seres mecanizados y sumidos en sí mismos.
En esta ocasión, "K" (Ryan Goslin) es un agente policial que se dedica únicamente a retirar a una nueva generación Nexus de replicantes, aquellos seres humanos pre fabricados utilizados como obreros casi esclavos que a la postre adoptaron capacidad de decisión y se rebelaron contra el sistema. "K"descubre que aún existe un cabo suelto con el agente Deckard (Harrison Ford) quien treinta años antes huyó con Rachel (Sean Young), es preciso acabar con todo lo que tenga que ver con el agente. Así es como "K" emprende un viaje lleno de pesadumbre, limitaciones emocionales, y prohibición de las emociones.
Blade Runner 2049 es otra amalgama de música que encierra la mente del espectador, una mezcla de sonido que golpea el espíritu, una fotografía que nos introduce en el planeta asqueroso, petrificado, contaminado en todos sus aspectos, dando a entender que el alma, si es que existe, está encapsulado en lo más recóndito del hastío irremediable que reina en la humanidad.
Me abstengo de darles más detalles porque en cada minuto de la cinta arrojan información primordial para lo que viene en el siguiente es vertiginoso en este sentido. Sin embargo debo hacer una advertencia, pese a que la película es totalmente comercial, desgraciadamente no es para todo el público. Bien se dice que el arte es para todos y está al alcance de todos, Blade Runner, ambas versiones, son dos piezas de artes, y como tales la pieza está expuesta pero no son explícitas, sino implicitas, que necesariamente se debe estar dispuestos a abrir los cinco sentidos, estar dispuestos a recibir toda la información tal como está sin cuestionar, sólo ver y percibir. Blade Runner 2049 es compleja en su narrativa, ¿lenta? no sólo eso, sino es muy visual, donde hay que comprender a cada personaje por lo que hacen más no lo que dicen, entenderlos por a lo que se dedican y los escenarios en los que se desenvuelven, más por escuchar diálogos. Son de esas cintas donde hay que ver y comprender.
Denis Villenueve, su director, pareciera que trae en su sangre esa oscuridad, ese maltrato del espíritu, esa decadencia mental, ese encimismamiento que no permite al ser humano avanzar, esa carencia de ambiciones o deseos, esa automatización de las emociones, y lo menciono porque sus cintas tiene este toque, donde el derrocamiento humano es inherente: La Mujer Que Cantaba (2010); Intriga (Prisioners, 2013); La Llegada (The Arrival, 2016).
Blade Runner 2049 es imperdible para tener el orgullo y el honor de decir "yo fui parte de la historia del cine" "fui parte de su evolución".
Clic para ver el tráiler:
BLADE RUNNER 2049
Dirige: Denis Villenueve
Escribe: Basada en la novela de Philip K. Dick "¿Los Androides sueñan con ovejas eléctricas?, Idea: Hampton Fancher, Guión: Hampton Fancher y Michael Green.
Con: Ryan Goslin, Harrison Ford, Robin Wright
Produce: 16:14 Entertainment, Alcon Entertainment, Columbia Pictures
Distribuye: Sony Pictures
Estados Unidos, Reino Unido, Canadá
Inglés, 164 min.
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