¿Por qué en todo lo que hacemos, planeamos, pensamos, proyectamos, creamos, accionamos, siempre anteponemos a la familia? O cuando menos consideramos la aprobación de nuestra familia ¿Qué no podemos tomar nuestras decisiones por y para nosotros mismos? Pero de todos modos, cuando más estamos dispuestos a no tomar en cuenta a la familia, no podemos, al final el lazo familiar nos jala y no nos separamos.
Esta una de las tantas características de la sociedad mexicana, para nosotros la familia es lo primero. "Los domingos familiares", las cenas como la navidad, año nuevo, fiestas patrias, entre otras, la gran mayoría son para la familia, mi sueldo es para la familia, los paseos y las vacaciones son para la familia. A donde va uno, va la familia. Nos enseñan a ser muégano a través de la unión, el apoyo, el amor.
Coco, película de Disney y Pixar, dirigida por Lee Unkrich (Toy Story 3), nos muestra esto que les menciono pero en el contexto del Día de Muertos de México y todo lo que conlleva. Como cada año, la gente se prepara para recibir la visita de los seres queridos que han fallecido, la tradición indica que los vivos preparan un altar con todo lo que a su familiar le gustaba en vida, algún artículo, algún pasatiempo, bebidas, comidas, dulces, flores, todo decorado con papel picado pero lo más importante, con flor de cempasúchil que tiene el poder de guiar a las almas por el camino correcto rumbo a su familia, y no poderse o nunca llegar.
Esto nos muestra que aunque muertos, no olvidamos a nuestra familia, que continúe unida a través del recuerdo, su amor, su fidelidad. En Coco se proyecta el reflejo de esta tradición mexicana de una manera divertida, colorida, y entrañable. La película cuenta la aventura de Miguel, un niño que llega al mundo de los muertos por accidente precisamente el Día de Muertos, todo por perseguir su sueño más preciado y prohibido por su familia: la música. Es imprescindible regresar al mundo de los vivos antes del amanecer, de lo contrario quedará atrapado en los esqueletos, las calaveritas y los alebrijes (guías espirituales tanto en el mundo de los vivos pero cobran fuerza en el mundo de los muertos).
Sinceramente, desde que Disney empezó a promocionar la cinta con los primeros teasers, tuve mis serias dudas. Los "gringos" y de manera internacional a los mexicanos nos tienen un concepto totalmente erróneo, culturalmente hablando, o simplemente no existimos porque no saben nada sobre nosotros nosotros. Y los que sí saben que existe un país llamado México, creen que la gente anda a caballo, con sombreros con borlas, gritando por todo, cantando flamenco, y las mujeres con peinetas altas y mantillas de encaje, como si fuéramos españoles. Nada más alejado que eso.
Para mi sorpresa, se nota una profunda y exhaustiva investigación de los mexicanos, sus usos y costumbres de la gente de pueblo, la gente de a pie, la gente común y corriente. Que aunque la manera de narrar la película está permeada de técnicas hollywoodenses, obviamente, la cinta en su generalidad se siente mexicana, ya que marcaron hasta los detalles más mínimos de la sociedad de México: "la chancla" que las mamás usan para educar a los hijos o amenazar al enemigo, la vestimenta sencilla nada florida, la camiseta de la selección mexicana de fútbol tan arraigada en la piel de los mexicanos, el físico de las abuelitas, una figura adorada en nuestra cultura: "la cabecita de algodón", chiquitas, arrugaditas, niñas por segunda ocasión; el detalle de las ofrendas, las conchas de chocolate, el mole con guajolote, las calaveritas de azúcar, el papel picado, las fotos, las flores, el panteón y el fervor con que la gente acude para visitar a sus familiares y darle las bienvenida de vuelta, aunque no los perciban, no los vean, pero que saben que sus almas están ahí junto a ellos.
Qué pena que no haya dinero en México, o mejor dicho, que las empresas grandes no apuesten por el cine en nuestro país y poder invertir en ello, lo digo porque Coco, al final te la sensación de haber visto una película mexicana y pues no, es hollywood quien vino, nos analizó y nos está diciendo "miren, así son ustedes", en lugar de que nosotros hagamos películas con calidad y técnicas mundiales y le digamos a todo el planeta "miren, así somos nosotros", pero como hay dinero en el país para este tipo de entretenimiento que bien podríamos hacerla una industria, otra vez, pues con el poco dinero que se invierte se consigue resultados como "La Leyenda de La Nahuala (2007)" "La Leyenda de La Llorona (2011)" entre otras, cintas mexicanas de animación, que se quedan en la buena idea, pero sinceramente son películas medianas.
Hace unos meses vi un meme en redes sociales donde hace alusión al punto medular de las películas de Pixar, Toy Story cuenta la historia de juguetes con sentimientos, Monsters Inc, sobre monstruos con sentimientos, Los Increíbles, sobre súper héroes con sentimientos, Bichos, insectos con sentimientos, Cars, vehículos con sentimientos, Intesamente, sentimientos con sentimientos y ahora podemos decir que Coco trata sobre muertos o esqueletos con sentimientos.
Coco, felizmente tira el estereotipo del mexicano a nivel internacional, revive las tradiciones mexicanas que entre tanta tecnología y globalización se está perdiendo. Que aunque el recordar a los muertos es una costumbre solemne, al mismo tiempo lo hacemos divertido, colorido y festivo, la película enaltece todo esto, tanto que estoy seguro que la gente alrededor del mundo le van a dar ganas de conocer México, les despertará su curiosidad por vivir de cerca esta experiencia.
Puedes ver tráiler aquí:
COCO
Dirige: Lee Unkrich, Co dirige: Adrián Molina.
Escribe: Historia original de: Lee Unkrich, Jason Katz, Mattheu Aldrich, Adrián Molina; Guión: Mattheu Aldrich, Adrián Molina
Con: (doblaje versión español): Luis Ángel González Jaramillo, Angélica Vale, Gael García.
Produce: Pixar; Disney Pictures
Estados Unidos, 2017
109 min.