En repetidas ocasiones han salido a la
luz estudios científicos sociales enfocados al grado de felicidad de los
pobladores de distintos países alrededor del mundo, curiosamente los resultados
han arrojado que los ciudadanos más felices son los pertenecientes a países
tercermundistas, pero además, de éstos se destacan aún más, cuya política
educativa es pobre en todos los aspectos, nivel académico, presupuestos,
infraestructura, entre otros, por tanto, los índices de analfabetismo son muy
altos. Dicha investigación entonces, concluye que los países con menos
preparación educativa son los más felices, los que tienen una cantidad considerable
de población viven en constante angustia, miedo, preocupaciones, enojo, y en
casos extremos hasta llegan a inhibir ciertas emociones.
Considero que esta curiosa situación
obedece a que cuando una persona desarrolla su mente por medio de conocimiento
se apodera de herramientas teóricas y prácticas para obtener la expansión constante
de la visión del mundo, permitiéndose analizar la situación de todo lo que
acontece a su alrededor, apreciar cómo afecta todo lo que el ser humano realiza
en perjuicio de lo colectivo como de lo individual, o del mismo planeta y su
naturaleza; por ende se vive con temor, con odio, con angustia, en fin, con
infelicidad. Por el contrario, si se vive en la ignorancia total, si no se
tiene armas educativas, si no se lee, si no hay escuelas que te los otorgue,
pues esa persona no saldrá más que de su micro cosmos que es su familia y
comunidad y no tiene por qué preocuparse de nada más y si alguien en algún
punto del planeta está trabajando en su contra ni se dará por enterado.
La teoría cognoscitiva y del
desarrollo del cerebro humano es una teoría aún en desarrollo que obviamente no
se tienen las conclusiones del uso total de la capacidad cerebral, pero las
bases de ésta, Luc Besson la plantea de una manera alucinante y apasionante en
su más reciente cinta "LUCY".
Besson no escapa de su estilo violento
y vertiginoso ni en sus personajes, ni en sus escenas ni en su guión, pero todo
justificado con el hecho del uso del 100% del cerebro planteando la duda ¿qué
pasaría si los seres humanos usaran esa capacidad? Una posible respuesta en la
película es la unión o mejor dicho la comunión con el cosmos.
Pero hablando de la felicidad,
mediante el personaje de SCARLETT JOHANSON, "Lucy", podemos observar
que entre más sabemos menos felices somos, el conocimiento es como una droga
poderosa, entre más sabemos más que necesitamos conocer, no nos conformamos y
queremos saber más y más porque además de hábito se vuelve una necesidad, y
entre más se sepa más evoluciona o revoluciona el cerebro con lo cual se pierde
cualquier tipo de sensibilidad emocional, triste pero cruel realidad.
Lucy inicia como una lección teórica
neurobiológica y termina como una inteligente y padrísima cinta de acción con
dejos de ciencia ficción. Vale mucho la pena y más porque una vez más la
JOHANSON demuestra que ella al son que le toquen baila, o sea, cualquier tipo
de papel que acepte lo entrega de manera impecable.
LUCY
DIRIGE Y ESCRIBE: LUC
BESSON
CON: SCARLETT JOHANSON,
MORGAN FREEMAN, MIN-SIK-CHOI
PRODUCE: CANAL+, CINE+,
EUROCOPA CORP
FRANCIA, 2014
89 MIN.
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