jueves, 21 de enero de 2010

Actividad Paranormal ¿Terror o Risa?

Hay de películas de terror a películas de verdadero terror. Aquí puedo englobar las sangrientas, las gore, las de suspenso, las de terror explícito o las de terror psicológico. No hay subgéneros buenos o malos, simplemente o bien realizados o pésimamente producidos.


Puedo nombrar varios ejemplos, Nosferatu, el vampiro de Marnau, (1922); Frankenstein (1957), La Momia (1959) ambas de Terrence Fisher; Psicosis (1960) y Los Pájaros (1962) de Alfred Hitchcock; La noche de los muertos vivientes (1968) de George Andrew Romero; El Exorcista (1973), William Friedkin; Tiburon (1975) de Steven Spielberg; Carrie (1976) de Brian de Palma; Viernes 13 (1980) de Sean S. Cunninghan; Pesadilla en la calle del infierno (1984) de Wes Craven; El Resplaandor (1980) de Stanley Kubrick; El sexto sentido (1999) de M. Night Shyamalan; Los Otros (2001) de Alejandro Amenábar; El Aro o Ring Uh (1998) de Hideo Nakata; Arrástrame al Infierno (2009) de Sam Raimi; El Proyecto de la Bruja de Blair (1999) de Daniel Myrick.

Y muchas más, para todos los gustos, para cualquier nivel de “aguante” del público. Ingeniosas unas, convencionales otras; unas parecerán obras de arte, otras rayan en la parodia o en el chiste de lo que es en realidad una película. Pero me quiero centrar especialmente en una cinta que estuvo recientemente en la cartelera mexicana, estrenada en diciembre pasado. Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007), y que precisamente echa mano de la misma fórmula de “… la Bruja de Blair”.

Oren Peli, quien dirige y escribe Actividad Paranormal le otorga una video cámara a los actores Katie Featherston (Katie) y Micah Sloat (Micah); con el pretexto de registrar todo tipo de fenómeno dentro de su vivienda portan para todos lados el aparato y a cual puro estilo de la “primera persona” está filmada la historia.

Al principio se torna extremadamente tediosa y aburrida. Ambos jóvenes son un matrimonio cuya mujer menciona que ha si do testigo de situaciones extrañas dentro de la casa, un espíritu ronda, de eso está segura, nunca lo ha visto en sí, pero algo extraño existe. Piden ayuda o asesoría y se le es negada. Entonces no hay más remedio más que seguir viviendo bajo ese techo, aguantar todo los que les pueda venir, no importa lo escalofriante que pueda ser. Esto es totalmente absurdo. En la vida real, si alguien empieza a ver o percibir cosas raras dentro de la casa, pues siempre aplicamos de los remedios caseros popular, aunque resulten ser tontos. Pero todo sea para eliminar aquello ahuyentar al fantasma. En cada país, en cada pueblo, en cada colonia o barrio existen sus leyendas y remedios populares.

Los primeros 35 minutos son eternos. No pasa nada relevante. Simplemente se muestra la vida cotidiana de ambos. Llamadas, desayunos, amanecer, atardecer, anochecer, pláticas triviales. Se torna ya interesante cuando se empiezan a registrar las primeras sombras o sonidos tenebrosos. Todo viéndolo desde el punto de vista de la video cámara. Ahora bien, yo me pregunto. ¿Qué no la reacción normal de cualquier persona, por más aterrada que esté, ante los ruidos raros, o movimientos aparentes, o se queda uno en cama, o si uno es valiente y se aventura a averiguar por toda la casa, uno va prendiendo las luces de cada habitación explorada; o en el mejor de los casos uno tomaría el teléfono y llamaría a la policía para reportar que algo ronda dentro de la casa. O ya en el más tonto de los casos, uno dormiría con la luz prendida todas las noches y llamaría a mamá o papá o alguien para que se quede en la casa. Uno haría algo inteligente, o reaccionaría de forma que pueda darle cierta solución al problema. Pero en esta película los dos personajes son unos idiotas que con la excusa de estar terriblemente “apanicados” “aterrados” no hacen absolutamente nada de eso y u otras cosas.

Hacia el final de la película el espectador puede sentir angustia, miedo, por las escenas, pero es nada a comparación del total de la cinta. Porque al menos cuando la vi me la pasé haciendo coraje tras coraje que ni me acordé en sí de lo central de la historia: el miedo. Aunque La Bruja de Blair fue filmada con el mismo estilo, tuvo un trabajo publicitario grande previo al estreno, creando en la mente del público que lo que vería fue real, nada actuado, para que al entrar a la sala de cine fuera ya envuelta en un ambiente de suspenso y terror psicológico; cuestión que se pasaron por alto en Actividad Paranormal. Y aunque lo hubieran hecho, la cinta no dejaría de ser lo que es: una verdadera mamarrachada.

Si a estas vamos, la recomendación de hoy es: renten una película de terror, a lo mejor alguna de las que les mencioné; la ven en su comodidad de la casa y se ahorran los 60 pesos del cine tirados a la basura.

1 comentario:

  1. ¡¡¡¡Hola amiguito!!!!
    Me late tu blog. Como sabes soy fanática del séptimo arte y confieso que mis visitas a las salas del cine han disminuido en forma considerable, pero he tratado de mantenerme al corriente… así que ya imaginaras, te estaré visitando constantemente…
    Vi actividad paranormal antes de leer tu crítica y en mucho coincido contigo; creo que lo único bueno que pude ver de la película fue el trailer, aunque debo aceptar que en momentos me atrajo el saber qué iba a pasar con ellos.
    Si de actividad paranormal se trata, me atrevo a recomendar “El Ente” (1981, Sidney J. Furie / Terror) basada en un hecho "real"
    Saludos y nos estamos leyendo.
    Diana Santillana.

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