La Wikipedia dice que una
adicción es una “enfermedad crónica y recurrente del cerebro”, lo que pasa es
que este órgano humano está en una constante búsqueda de alguna gratificación y
satisfacción, pero la característica más fuerte es que el cerebro busca de
manera patológica, con urgencia por algo inexistente. ¿Este deseo qué implica? El
adicto a algo ya no es capaz de controlar su propia conducta, es incapaz de
visualizar los efectos dañinos que se le causa a sí mismo, afecta las
relaciones interpersonales, deja de ser funcional socialmente hablando, la calidad
de vida disminuye invariable y estrepitosamente.
Puede haber adicción casi a
cualquier cosa: a los dulces, a los chocolates, a las compras, a las apuestas,
al cigarro, alcohol, drogas, a una persona, hasta al amor. ¿Pero qué causa que
alguien se vuelva adicto a algo? El lugar común, es que sirve para el adicto como
burbuja aislante del sufrimiento que tiene en su vida real, ya sea por una decepción
amorosa, bullying escolar, ausencia emocional de los padres, entre otras muchas
razones. ¿Y si en realidad no existiera una razón de peso? ¿Y si la gente se
hace adicto porque simplemente le gustan las sensaciones satisfactorias, porque
se siente “chido”, porque se siente “padre”?
Nick (Timothée Chalamet, Llámame
Por Tu Nombre, 2017), es un joven de 18 años que tiene una vida tranquila,
armoniosa, linda, es hijo de padres divorciados, fue entonces que desde pequeñito
vivió con su padre, ya que éste se quedó con la custodia. Pero vemos que Nick
es un niño muy amado, feliz, ama a sus hermanitos que su padre, David (Steve
Carell, Vice, 2018), tuvo con su segunda esposa, Karen (Maura Tierney, Mentiroso,
Mentiroso, 1997), quien también lo quiera como si fuera su hijo.
Hasta que Nick prueba por primera
vez droga, así, de la nada, casual, ¿por curiosidad? Es que vemos que su vida
se va diluyendo poco a poco, su esenciase le va escapando de las manos. Su
padre, al descubrirlo, inicia una lucha encarnizada para rescatar a su primogénito,
no importa el costo que tenga, monetario, emocional, desgaste físico. El amor
que le tiene David a Nick es inmenso, como pocas veces demuestra un padre a su
hijo. Y no está dispuesto a claudicar.
Esta cinta dirigida por Félix Van
Groeningen está basada en las memorias plasmadas en el libro de David Sheff, “Beautiful
Boy” y las de Nick Sheff “Tweak”. Producida y lanzada inicialmente en la plataforma
de streaming Amazon, pero llegó la hora de disfrutar esta cinta en la pantalla grande
para todos los que no tenemos esta plataforma. Beautiful Boy cuenta con
actuaciones propias y muy relevantes para ambos protagonistas, es un trabajo en
el cual Carell se consolida como actor dramático, lejos de las comedias
ramplonas con las que se lanzo a la popularidad, aquí proyecta verdadero amor
por toda su familia, pero también refleja indefensión, angustia, tensión,
desesperanza al ver que su hijo se hunde cada vez más y sin poder lograr
rescatarlo, por cierto, Chalamet, muestra una vez más que es una joven promesa,
no por nada estuvo nominado al Óscar 2018 por Elio en “Llámame Por Tu Nombre”,
en esta ocasión vemos a un Chalamet verdaderamente perdido, hundido, su mirada
refleja que el espíritu se ha difuminado, refleja soledad, ganas de morir. Bien
por ellos dos, lástima que no hizo más ruido para que esta película estuviera
nominada en más categorías y más premiaciones además de las que tuvo en la
temporada de premios pasada, entre las más importantes, Timothée recibió nominación
en los Bafta, en el Sindicato de Actores y en los Golden Globes.
Mira el tráiler aquí:
BEAUTIFUL BOY: SIEMPRE SERÁS MI
HIJO
(BEAUTIFUL BOY)
Dirección: Félix Van Groeningen
Guión: Luke Davies y Félix Van
Groeningen
Protagonistas: Timothée Chalamet,
Steve Carell
Produce: Amazon Studios, Big Indie
Pictures, Plan B Entertainment
Biografía, Drama
Estados Unidos, 2019
en inglés, 120 min
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