jueves, 3 de junio de 2010

ABEL

Ahora que se han autorizado más de 40 copias, agregadas a las 60 con las que estrenó el pasado 28 de mayo, gracias a la aceptación del público, la película Abel ahora podrá ser vista en más cines de la ciudad de México e interior de la república.


*Cortesía Cinemex

La trama es sencilla pero cautivadora. Se centra en Aguascalientes, donde vive un niño llamado Abel. Él es un niño de 10 años aproximadamente. Está enfermo, psiquiátricamente hablando, al parecer padece de un nivel severo de autismo. Tan grave se encuentra que el médico de la región recomienda internarlo en un hospital del Distrito Federal. Su madre argumenta que la única forma de que Abel se recupere es estando con su familia y nada más.


Abel, mentalmente encerrado en sí mismo, se percata a través de varias circunstancias, la ausencia de un padre, de un jefe de familia, por tanto decide por fin exteriorizarse para adoptar el papel del padre de sus hermanos, y el marido de su propia madre. Como buen jefe de familia, Abel por su corta edad, por la inocencia que cualquier niño evocaría, actúa como tal: supervisa la tarea de sus hermanos, da el visto bueno al novio de su hermana mayor Selene (Geraldine Alejandra, Terminales –Serie TV-) exige la comida como esposo, escucha los problemas de todos, y da solución a los problemas bajo la percepción y capacidad que un niño posee. Toda la familia se ve unida por el simple hecho de apoyar la recuperación de la salud de Abel. Todo ocurre con singular armonía y peculiar alegría, hasta que llega a la casa una persona que desestabiliza la tranquilidad aparente que se respira.

En la cinta uno puede reír mucho, adorar a cada personaje, llevarse algunos corajes por las acciones de los adultos, pero sobre todo una grata reflexión sobre el abandono desde varias vertientes; el aislamiento profundo de sí mismo sobre la realidad circundante; el abandono de la misma familia, o de algún ser querido. Abel, Nos muestra la tristeza, la melancolía, el dolor, el problema de las decepciones fuertes, el aceptar que a veces es mejor estar solos y abandonados que mal acompañados. Es una película donde el alma de Abel está extremadamente dañada.



Un gran aplauso para Diego Luna que ha demostrado su talento como director de largometraje de ficción. Ya que recordemos que aunque no es su ópera prima (puesto que dirigió el documental sobre Julio César Chávez), sí lo es en el sentido de tratarse de un trabajo en el cual tiene que ver con la coordinación y elección de muchos elementos cinematográficos, como son las locaciones, el diseño de producción, el vestuario, la dirección de los actores, elección del elenco, el guión y demás todo para contar una historia de ficción.

Bravo porque Luna respeta el significado del cine: contar o narrar una historia a través de imágenes. Es decir, sin necesidad de diálogos, risas, gritos, y algún otro sonido humano, solamente con imágenes donde los personajes dan muestra de sus gesticulaciones, sus miradas para así adivinar cada pensamiento, cada sentimiento, vemos su entorno y vemos qué clase de personas son, su personalidad, sus gustos, su condición económica, intelectual, su forma de vivir. Y esta película lleva muy bien esta narrativa, no digo que la película sea silente, es como cualquier otra, a lo que me refiero es que el cine NO debe apoyarse enteramente en los diálogos que muchas veces pueden ser redundantes ante lo que estamos viendo en pantalla.

Bravo por la cinta porque vemos a actores como una Karina Gidi (Cecilia) o un José María Yazpik (Anselmo) disfrutar de sus propios personajes, de sus defectos y virtudes. Lo hacen con tanta naturalidad que es fácil acogerlos o despreciarlos según sea el caso y las situaciones en las que se encuentran. Bravo por los niños Christopher Ruiz-Esparza y Gerardo Ruiz-Esparza que con su carisma, ternura, gracia, e inteligencia hacen de sus personajes entrañables. Felicidades por el guión que de una situación tan simple en apariencia, explotándola vehementemente puede ser tan compleja como profunda es la vida. Felicidades otra vez a Diego Luna por darnos una película mexicana como pocas hoy en día, así sí da gusto apoyar al cine mexicano, con trabajos tan bien producidos como este.

Abel, una historia de inocencia y amor vista desde lo más profundo del corazón de la infancia.

ABEL


DIR. DIEGO LUNA


GUION: DIEGO LUNA


CANANA FILMS


CON: KARINA GIDI, JOSE MARIA YAZPIK, CHRISTOPHER RUIZ-ESPARZA


MEXICO, 2010


80 MIN

EL TRAILER, DENLE PLAY:

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